Reseña fotográfica del evento-cena de ciudadanos que apoyamos a ABELARDO CUELLAR DELGADO, en donde además de ser un reunión de trabajo, se dotó a los ciudadanos del Distrito IX de miles de materiales para apoyar y difundir la campaña de ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR
En Puebla, en el Distrito IX, tenemos a un candidato que pone por delante difundir la imagen y el Proyecto de AMLO, como se pudo comprobar en este evento.
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50 aniversario del asesinato del camarada Rubén Jaramillo


Rubén Jaramillo, un Revolucionario, un militante del Partido Comunista
Pável Blanco Cabrera
“Está llorando la tierra, herida por un cuchillo,
lo que le duele en el vientre, la muerte de Jaramillo.”
El
23 de Mayo se cumplen 50 años del asesinato en Xochicalco de Rubén
Jaramillo, de su esposa embarazada, Epifania Zúñiga, y de tres de sus
hijos. Fue un crimen de Estado, ordenado por Adolfo López Mateos e
instrumentado por el Ejército, quien secuestró a la familia en su hogar
en Tlaquiltenango, Morelos y después los masacró.
Jaramillo
se alistó en el Ejército Libertador del Sur, y luchó en la Revolución
Mexicana bajo la conducción de Emiliano Zapata. Cuando Zapata fue
asesinado el 10 de Abril de 1919 y la fracción burguesa se impuso sobre
las capas populares del proceso revolucionario; Jaramillo fue de los que
no entregaron las armas: decidieron guardarlas por si era necesario
usarlas nuevamente en defensa de los campesinos pobres, de los peones,
de los jornaleros. Nunca abandonó la lucha por la tierra, por el reparto
agrario, y llegado el momento, un levantamiento guerrillero bajo su
conducción abarcó varios municipios en el Sur de Morelos en respuesta al
neolatifundismo, al neoporfirismo promovido desde Palacio Nacional.
Jaramillo
se identificó naturalmente con la nueva ola revolucionaria en el
Continente, su simpatía con la triunfante rebeldía del Movimiento 26 de
Julio en Cuba fue inmediata, y por supuesto participó en la solidaridad.
Un
hombre sencillo y convencido de que eran necesarios muchos cambios,
tenía que integrarse al torrente histórico de la época inaugurada por la
Gran Revolución Socialista de Octubre. En su momento en una carta al
General Amezcua, Emiliano Zapata había escrito:
“Mucho
ganaríamos, mucho ganaría la humanidad y la justicia, si todos los
pueblos de América y todas las naciones de la vieja Europa comprendiesen
que la causa del México revolucionario y la causa de Rusia son y
representan la causa de la humanidad, el interés supremo de todos los
pueblos oprimidos…”.
Jaramillo,
consecuente con esa visión zapatista, buscó entonces luchar por el
socialismo integrándose en el Partido Comunista Mexicano.
Cuando
fue asesinado militaba en las filas del PCM. Esto se quiere negar,
presentándolo como un sin partido, un hombre de los movimientos, pero la
verdad histórica es que él murió como un hombre del Partido Comunista,
un militante. Y ésta es una lección importante: son los caminos de la
lucha, las dificultades en el conflicto de clase las que llevan a
confluir los arroyos en un río más poderoso que agrupa el esfuerzo
individual por la justicia en la gran fuerza colectiva, en la que nos
diluimos sin dejar de reconocernos, que brega infatigablemente por la
emancipación y que va más allá de nuestra propia vida.
Jaramillo, un comunista, un revolucionario, un ejemplo para los militantes del PCM y de la Liga de la Juventud Comunista.
Rubén
Jaramillo fue reclutado para las filas del Partido Comunista por un
proletario, un obrero del ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec, y que
después sería el Secretario General del PCM en Puebla: Mónico Rodríguez,
otro comunista ejemplar.
Del
color de la clase obrera, del color del pueblo, parafraseando a Ernesto
Guevara, queremos que se pinte nuestra organización, y ello será sobre
la base de garantizar su composición clasista, porque sólo los que no
tienen nada que perder más que sus cadenas, van hasta el fin, hasta el
triunfo de la Revolución socialista.