29 de enero de 2012

La verdadera izquierda cholulteca da muestras de organización y debate al margen de las cúpulas partidistas negociadoras y antidemocráticas.

Se realiza exitosamente el foro "Por un Proyecto Legislativo de Izquierda para el distrito 10" con los precandidatos obradoristas y de izquierda, simpatizantes y líderes del distrito

Participaron los dos precandidatos de izquierda mejor posicionados y reconocidos por los sectores de la izquierda y el obradorismo:

HORTENSIA HERRERA ORTEGA
VLADIMIR LUNA PORQUILLO


Los asistentes plantearon problemáticas, solicitando la póstura y compromisos de los precandidatos en torno a temas como:
  • Los conflictos de la tierra y el agua originados por la construcción de la autopista para el Arco Sur que afectará a habitantes pobres de varios municipios del distrito.
  • La problématica de miles de jóvenes del distrito que se quedan sin oportunidades de estudio, de trabajo y los abusos que se cometen en muchas escuelas públicas del municipio en cobrar cuotas honerosas y obligar a padres de familia a hacer labores de limpieza en las escuelas.
  • La conducta de los servidores públicos de todos los niveles que en la mayoría de municipios del distrito utilizan todos los medios e instalaciones para hacerse de dinero cobrando por los mínimos servicios ineficientes que ofrecen y privatizando con ello los servicios públicos.
  • Los compromisos de los probables legisladores en cuanto a acciones legislativas para atacar la corrupción, impunidad y escándalos de componendas entre los funcionarios públicos y dirigentes de partidos como el caso de la edil Dolores Parra que cada semana comete errores y deficiencias.
  • Legislar también contra la ineficiencia y mostrar un conducta legislativa intachable y no caer en la vagancia que presenta el diputado federal priista actual de este distrito 10 (Jimenez Concha) que según estadísticas de la popia Camara de Diputados es el más faltista de los quinientos legisladores.
  • Los pobladores de San Andrés Cholula asistentes, pidieron apoyo a estos precandidatos en caso de ganar, puesto que denunciaron que los panistas y priistas que han gobernado en los últimos doce años el municipio lo han convertido en un ANTRO GIGANTE donde el alcoholismo y la drogadición son una constante.
  • Hacer algo por bajar los altísimos sueldos de los funcionarios y servidores públicos (incluyendo diputados) y legislar por mejorar salarios y prestaciones del grueso de la población.

También se dio el compromiso mutuo de los participantes en el foro de continuar trabajando unitariamente con todas las fuerzas de izquierda para cerrar el paso a priistas conversos que se quieren colgar del Movimiento Obradorista y de las izquierdas para ocupar las candidaturas.

Finalmente los dos luchadores sociales manifestaron su compromiso de seguir trabajando, independientemente de los resultados de encuestas y elecciones para fortalecer al movimiento y ciudadanos de izquierda en el distrito.

















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Los ex trabajadores acudieron a impedir un presunto saqueo de maquinaria por los dueños

Tirotean a obreros que intentaron tomar fábrica en Hidalgo; dos muertos en la fábrica MCI (antes Dina Autobuses)

Demandan pago de finiquitos, salarios y prestaciones que les adeudan desde hace nueve años

2 muertos y 18 heridos es el saldo al cierre de la edición.

Balacera

















Ex trabajadores, a las afueras de MCI. Fotos: Abel Ricardo Flores

Armando Cruz Sánchez

Ciudad Sahagún, Hgo., 28 de enero. Un grupo de ex trabajadores de la empresa Motor Coach Industries (MCI) intentó tomar la fábrica de esa compañía, cerrada en febrero de 2003, pero guardias de seguridad los recibieron a balazos con saldo de un obrero muerto y seis heridos, dos de gravedad, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Los ex trabajadores se enteraron de que los propietarios –actualmente Pacific Internacional Development (PID)– sacaban la maquinaria de la factoría, ubicada en Ciudad Sahagún, por lo que acudieron a impedir el saqueo y ocupar la fábrica para presionar a que les paguen finiquitos, salarios y prestaciones que les adeudan desde hace nueve años.

A las 11:30 los guardias repelieron a tiros el intento de ocupación. En el lugar resultaron heridas siete personas, tres de gravedad, incluido José Matilde Cotonieto Sánchez, quien falleció en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social a causa de un balazo en el pecho.

Policías estatales y municipales detuvieron a 14 personas, entre personal de seguridad y empleados de la empresa, a quienes pusieron a disposición del Ministerio Público, junto con dos armas cortas y una larga. La fiscalía inició la averiguación previa 3/080/2012 por los delitos de homicidio y lesiones.

La historia de este problema se remonta a febrero de 2003, cuando por una crisis financiera, la empresa trasnacional MCI cerró su planta productora de camiones y dejó desempleados a mil 300 obreros, a los que les fueron adjudicados los bienes muebles e inmuebles para su venta, como garantía del pago de liquidaciones.

Posteriormente Pacific Internacional Development (PID) compró la planta y llegó a un acuerdo de liquidar con una suma global de 170 millones de pesos a los obreros, pero sólo entregó 10 millones. Por negarse a cubrir el resto, los trabajadores interpusieron en su contra una demanda de carácter civil y mercantil.

MCI había adquirido la planta de Dina, la empresa paraestatal fabricante de camiones creada en 1951. Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari Dina fue comprada por el empresario Raymundo Gómez, quien en 1995 la vendió al grupo estadunidense-canadiense MCI y luego ésta a PID.

El gobierno del estado emitió un comunicado en el que dijo que los agresores fueron contratados por Manuel Samuel Castro Mercado, representante de PID, y advirtió que se ejercerá todo el peso de la ley contra quienes resulten responsables. Dijo que la autoridad estatal ofreció mediar en todo momento, pero la cerrazón de Castro Mercado impidió encontrar un acuerdo.

La política laboral vigente criminaliza la lucha social

La agresión a los ex trabajadores de Motor Coach es reflejo de la política laboral vigente que criminaliza la lucha social y permite la impunidad, de la misma forma que ocurrió en décadas pasadas, alertaron especialistas y dirigentes sindicales.

La represión corresponde a la política del presidente Felipe Calderón. Todo está en el mismo contexto: un gobierno que no respeta la legalidad y se opone a que los trabajadores se defiendan, dijo Alfonso Bouzas, Premio Nacional de Investigaciones Sociales 2011 e investigador de la UNAM, especialista en materia laboral.

Comentó que los trabajadores también están frente al abandono del Estado tutelar y a la imposición de directrices neoliberales. Lo que pasa en México, dijo, no tiene límite: Ahí está el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas, de los trabajadores de Mexicana de Aviación; de los gasolineros, el caso de la Universidad de la Ciudad de México y muchos más en los que se impone la represión, sin importar el color del partido del que surgió determinado gobierno, dijo.

Humberto Montes de Oca, vocero del Sindicato Mexicano de Electricistas, repudió la criminalización de la lucha social

Lo que pasó en Hidalgo es secuencia de lo que ha sucedido a otros trabajadores y activistas sociales, lo mismo en el norte, en Guerrero, Oaxaca o en la capital del país. Hay impunidad en los ataques contra quienes intentan defenderse, señaló.

Enrique Favela, vocero del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, gremio que durante su intento de que más trabajadores tengan garantizados sus derechos a través de contratos colectivos ha enfrentado a grupos porriles, dijo que la autoridad es omisa incluso cuando la ilegalidad se comete en sus propias oficinas.

Con información de Fabiola Martínez

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ROLITA PARA QUE NO SE NOS OLVIDE, EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL CHILENO, CAMILA Y LOS MILES DE ESTUDIANTES CHILENOS EJEMPLARES Y COMBATIVOS

Adios Sebastian - Sol Y Lluvia - parque o'higgins 21 agosto

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Lo que hay detrás de la ruptura
Arnaldo Córdova


La alianza del PRI con el Panal alegró mucho a Enrique Peña Nieto porque, según confesó a sus allegados, era hora de hacer volver a la Gordillo y sus huestes al antiguo redil. Fue notable, desde luego, el empeño que el entonces presidente del partido, Humberto Moreira, puso en la obra, tanto que se le atribuyó a él la misma idea de la alianza. Peña Nieto, empero, fue el que verdaderamente se encargó de cocinar el acuerdo. En varias ocasiones se le vio en encuentros con la cacique magisterial. El caso fue que la dirigencia priísta parecía estar muy contenta con esa alianza. De repente, el cielo se le vino encima y la coalición se esfumó.

A todos aquellos que prefieren las malas artes en las contiendas electorales, los que buscan ganar a como dé lugar, se les antoja siempre un aliado como la Gordillo y sus mafiosos, sobre todo, como operadores electorales, en lo que se han creado una gran fama, más que por los votos que realmente representen. Moreira tiene fama de ser un cuadro político hechura de la dirigente chiapaneca, pero él no era más que un instrumento en manos del precandidato priísta que hacía todo lo que éste decidía. La alianza fue obra, ante todo, de Peña Nieto. Así lo mostraba él mismo cuando aludía al pacto.

La alianza, sin embargo, resultó muy costosa para el partidazo y aquellos de los suyos que fueron sacrificados en aras de la misma muy pronto comenzaron a respingar y se iniciaron las rebeliones abiertas no sólo contra el acuerdo de cúpula, sino en contra del mismo precandidato priísta, víctima, por lo demás, de sus errores y pifias. La cosa empezó a preocupar a la dirigencia priísta y se hizo evidente el miedo en los círculos allegados a Peña Nieto por la mala fama de la Gordillo (hasta entonces repararon en ella o, cínicamente, hasta entonces empezaron a repudiarla). La aparente tranquilidad con la que ambos aliados han reaccionado después de la ruptura ha sido sólo para enmascarar las decepciones a que ha dado lugar.

No se trató de un rompimiento violento, sino y hasta donde se pudo, negociado y con algunos acuerdos. Algunos de éstos, por cierto, fueron un verdadero tanque de oxígeno para los gordillistas, como, por ejemplo, el mantenimiento de alianzas a nivel local con el PRI. El senador Labastida, uno de los más feroces enemigos de la alianza, aseveró que la misma no era ni podía ser con el grupo dirigente de la Gordillo, sino, dijo, con las bases del magisterio, y agregó que muchos maestros serán candidatos del PRI.

Eso ha dado lugar a que algunos (el precandidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, en primerísimo lugar) piensen, fundadamente, que el drama tiene mucho de comedia y de farsa, y que se hace sólo para descargar a Peña Nieto del oneroso fardo que representa el inconmensurable descrédito de la Gordillo. En todo lo que tenga de real, ello no obstante, quedó claro que fueron los priístas quienes decidieron romper con el Panal, aunque ahora todos, priístas y panaleros, nos vengan con el cuento de que fueron los últimos los que lo acordaron. El mismo Peña Nieto declaró el pasado día 23 que la decisión, en efecto, fue del Panal, dijo el precandidato, en un acuerdo amigable.

Dos días antes, Peña Nieto fue más claro, dejando entrever que la alianza se había vuelto irrealizable e inmanejable para su partido; “lo ocurrido –dijo– fue una falta de conciliación [sic] en los intereses de cada uno y eso nos llevó a definir de manera mutuamente acordada, que cada partido fuera por su cuenta”. El golpe para Gordillo y su grupo, como lo señalara Luis Hernández Navarro, fue seco y demoledor. Porque no se trata solamente de que el Panal ya no pueda tener 24 diputados y cuatro senadores, que era el botín de la alianza, sino un mayor desprestigio y un virtual aislamiento de las huestes gordillistas.

Foto
El presidente del Panal, Luis Castro, y la diputada Mónica Arriola Gordillo, anuncian la ruptura con el PRIFoto Marco Peláez

El presidente panalero, Luis Castro Obregón, le echó la culpa de la ruptura a la parte conservadora del PRI, a “los labastidas, los augustos santiago… que representan el pasado”. Exonera a Peña Nieto, con quien hablamos siempre. Pero luego se sacó un conejo de la chistera al denunciar, según él, que fueron aquellos mismos priístas tradicionales y conservadores los que echaron a pique la alianza, al intentar modificar el convenio de la coalición. De acuerdo con Castro, esos priístas habrían exigido del Panal que aceptara ir en más estados, cosa que no aclaró en qué podría consistir. Que el PRI le soltara más puestos de elección es absolutamente improbable. En todo caso, esas entidades serían Campeche, Sonora, Chihuahua, Aguascalientes, Baja California y el DF.

Sea como fuere, parece claro que los que faltaron a la palabra empeñada fueron los priístas, que ni siquiera se preocuparon de guardar las formas. Pudieron haber dejado la cosa en la simple petición de que los panaleros aceptaran que los diputados (24) y senadores (4) fueran menos de lo que se acordó. Según una nota de Andrea Becerril (22 de enero), el argumento de inconformidad de los priístas fue por la postulación de los familiares de Gordillo (su hija y su yerno), lo que estaba provocando la rebelión de las bases partidarias. Después de varias horas de negociaciones telefónicas con la Gordillo, los priístas se decidieron por la ruptura.

Tal parece que en esta contienda hubo ganadores y perdedores. El primer perdedor de todos, por lo menos en el tiempo, fue Humberto Moreira y no tanto por sus malos manejos financieros en el gobierno de Coahuila, como por su responsabilidad en el acuerdo de alianza con su maestra y por el costo para el PRI. Todo mundo pudo ver que el bailarín fue obligado a renunciar a su cargo y todavía no está claro cómo podrá pagar sus yerros. Para la Gordillo, desde luego, el golpe fue seco y, para algunos, definitivo. Los panaleros alardean, dándose valor, de su fuerza electoral que, afirman, les bastará y les sobrará para seguir vivos. Eso, por supuesto, está por verse. Si bien los priístas, a nivel local, pudieran ayudarlos.

Distinguir a los ganadores resulta harto difícil. Peña Nieto no ganó nada, excepto, tal vez, que, no teniendo otra opción, el Panal lo haga su candidato presidencial. Él fue el verdadero promotor de la alianza y Moreira su mandadero. Ahora fue él mismo quien torpedeo esa alianza porque no pudo resistir la presión que subía desde las bases priístas. Y el país entero se pregunta cómo fue capaz de aliarse con semejantes bichos y, luego, por el modo en que se resolvió la ruptura. El baldón está ahí. Se suele decir que, con tal de ganar, se debe hacer alianzas hasta con el diablo. Eso está bien, empero, para quienes acostumbran vivir en los estercoleros de la política y son muy dados a no respetar leyes ni lealtades.

La verdad es que, tanto en el acuerdo de la coalición como en su ruptura, pudimos ver en acción a dos rufianes listos para degollarse a la primera ocasión. En el PRI son muchos los que se alegran del desenlace y hay muchos más que le están echando medidas al otro aliado, el PVEM, al que Moreira (con el aval cierto de Peña Nieto) también le hizo concesiones muy gravosas para el tricolor. Eso ha puesto a temblar a los verdes que se desviven gritando a los cuatro vientos su adhesión al futuro candidato priísta y su confianza en que los priístas respetarán sus acuerdos con ellos.