21 de agosto de 2008

VA LA COLUMNA DEL ESTIMADO PROFE ORNELAS:


TENDAJÓN MIXTO

La reconquista de México



Jaime Ornelas Delgado

En este momento las relaciones entre México y España se encuentran dominadas por los intereses del capital español. Nuestro país, cada vez menos nuestro y más de otros, de pronto se convirtió en un territorio harto apetecible para los inversionistas peninsulares, desde la Riviera Maya que se saturó de inversión española en el sector turístico, hasta la banca pasando por las telecomunicaciones y los multimillonarios contratos con Pemex, el capital español se ha convertido en uno de los más importantes del país. No se conoce a ciencia cierta el monto de la inversión española en México, sin embargo, de su magnitud podemos darnos una idea si recordamos las declaraciones de Trinidad Jiménez, secretaria de Estado española para Iberoamérica, quien en una vivita reciente a nuestro país declaró: “Siempre defenderemos los derechos económicos de las empresas españolas. Si hay una inversión de 2 mil millones de euros, hay que respetar esos derechos y creo que eso nadie lo discute”.

Para los neoliberales la separación de la economía de la política, implica que las inversiones extranjeras se establezcan en un país sin que se sometan a las regulaciones del Estado nacional, sólo quedan sujetas a las condiciones del mercado que, además, demandan libre, sin interferencia alguna por parte del gobierno excepto cuando amenazan problemas y pérdidas, entonces sí exigen apoyos y salvamentos.

Si el gobierno “socialista” de España defiende abiertamente y sin tapujo alguno a sus inversionistas, aun en contra de las decisiones sobernas de las naciones donde se asienta el capital de origen español, no debe extrañar a nadie, Rodríguez Zapatero sirve fielmente a quienes lo llevaron a La Moncloa y lo han sostenido en el gobierno para que cuide los intereses del poder.

Pero los coyotes no entran en casa si no se les abre la puerta, por eso aunque no extraña sí irrita la actitud entreguista de Felipe Calderón, quien ha ido a España para ofrecer el país, y particularmente el petróleo pero no únicamente, a los capitalistas peninsulares sin recato alguno, incluso en el caso de los hidrocarburos sin esperar al resultado de sus propuestas privatizadores de las actividades petroleras. Tiene razón Pedro Miguel, la visita de Felipe Calderón a Madrid hace recordar la que otros distinguidos conservadores mexicanos hicieron al castillo de Miramar para invitar a un príncipe extranjero a que tomara posesión de México.

Con la experiencia de la invasión española, que no la única pero sí la más reciente, así como la que ha ido dejando la abusiva inversión extranjera en México, convendría reflexionar sobre cómo detener la nueva colonización hispánica o si conviene al ejercicio de la soberanía nacional permitir la entrada sin aplicar leyes y reglas a las debe someterse el capital extranjero; conveniente es también considerar si resulta pertinente establecer sectores y actividades donde sea preciso limitar la presencia del capital extranjero, como es el caso de la refinación del petróleo o el sistema nacional de distribución de los combustibles o si es prudente que el 90 por ciento de la banca comercial se encuentre bajo el dominio extranjero.

En fin, la reconquista española de México nos tiene que hacer reflexionar y tomar medidas a tiempo, antes de que no nos quede más que aceptar que hemos perdido el dominio del nuestro país y de sus recursos naturales, si no es que lo hemos perdido ya con el beneplácito de los neoliberales.

Impunidad

Si sólo se castiga el 1.2 por ciento de los ilícitos que ocurren en el país, según denunció José Luís Soberanes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, no existe pena, por más severa que sea, capaz de desalentar la comisión de delitos.

En realidad, lo que alienta a los delincuentes es saber que no se les castigará y que proliferan las averiguaciones previas tan mal integradas que permite a los delincuentes evadir a la justicia; o que, como dijo el propio Soberanes, los cuerpos encargados de perseguir los delitos están infiltrados por el hampa y no son confiables.

Pero el cinismo de Calderón es infinito, y para ocultar su ineficiencia se ha sumado a la demanda contra las autoridades, es decir contra él mismo, para que mejoren su eficiencia en la lucha contra la delincuencia.

Hágame usted favor

La miss Gordillo esta metida hasta la médula en la marcha contra la inseguridad del próximo sábado 30 de agosto. Resulta que la señora Laura Elena Herrejón, una de las principales promotoras de dicha marcha, fue candidata a senadora en el Distrito Federal por el partido propiedad de Elba Esther Gordillo... Finalmente, le encontraron empleo a Eduardo Sojo quien ha sido propuesto por Felipe Calderón Hinojosa para presidir el INEGI, lo cual ya hace sospechoso a este organismo encargado, entre otras cosas, de elaborar las estadísticas nacionales. ¿Cómo colocar a un burócrata vinculado al Ejecutivo y miembro del PAN en una institución que debe ofrecer la información sin sesgos? Pero además ¿cómo nombrar a quien por años se hizo pasar por doctor y resulta que nunca presentó en la Universidad de Ohio, donde dice que asistió, la tesis correspondiente para obtener el grado que ostentó mucho tiempo? Si en su vida personal Sojo ha mentido, imagínese que no hará con las estadísticas. Seguro que ahora sí disminuirán los pobres y se abatirá el desempleo... De verdad patética resulta la fotografía de los gobernadores mexicanos y yanquis de los estados de la frontera entre Estados Unidos y México publicada por La Jornada el pasado 15 de agosto. Seguramente los patéticos gobernadores siempre soñaron con ir a los estudios de Hollywood y tomarse la foto –y si como ahora se incluyó a Schwarzenegger seguramente irán a misa a dar gracias de tan espléndido obsequio–, así, como chavos rebeldes de los años sesenta, como los auténticos “nacidos para perder”. Seguro que la próxima reunión de estos ilustres personajes será en Disneylandia para incluir en la foto al pato Donald y a Mickey Mouse. Se imagina qué dicha y qué bien gobernarán desde ese momento, y más si el viajecito se paga con recursos públicos.