Castigo a los asesinos de Bety Cariño!
Novenario rebelde en Puebla en su memoria
Carta de Omar Esparza esposo de Beatríz Cariño Trujillo
Carta de Omar Esparza
A todos ustedes quienes con su calor, solidaridad, presencia, denuncias, nos dicen y dictan el camino que tenemos y que debemos seguir, a quienes han sufrido en su corazón el dolor de arrebatarles a un ser querido, queremos decirles que no existen palabras para poder expresar la rabia que sentimos, la imponencia, la angustia y la desesperación de no poder estar al lado de quien era la compañera, la madre de dos hijos, la dirigenta, la amiga, la hermana, EL AMOR DE NUESTRA VIDA cuando el odio, la saña y la ira le arrebato la vida, por esta lucha que decidimos caminar durante 14 años , a todos ustedes y a nombre de mis hijos gracias.
Ya basta de callarnos, de agachar la cabeza y mirar que pasa todo menos el odio, la rabia y el coraje de no poder cambiar el destino falso que nos han obligado a vivir los políticos corruptos, los cuerpos policiacos, militares, parapoliciales y paramilitares, los dueños del dinero, la clase política putrefacta, que solo con el diálogo de las armas se hacen escuchar, el pueblo puede cambiar su destino y construir sus propios caminos de autonomía y de autodeterminación, como siempre lo soñamos y lo compartimos en las redes, con la Otra Campaña, en la Red de Radios del Sureste Mexicano, en la AMAP, en la REMA, en la RMALC, en el movimiento indígena, con las organizaciones nacionales e internacionales, con la gente donde nos paramos y con todos nuestros hermanos y hermanas de lucha que resisten y buscan el mundo por el que tú decidiste ofrendar la vida, en la que te llevaste una parte de nosotros que seguimos aquí conmocionad@s, rabios@s, consternad@s.
Porque eres la flor y tu semilla es el fruto del camino digno a seguir, no te olvidaremos, Omar, Ita y yo, te decimos hasta la victoria…
¡¡¡Cárcel para Ulises Ruiz, Evencio Martínez, Rufino Juárez, Anastasio Juárez, Antonio Cruz y la Autoridad de La Sabana!!!
¡¡¡Muerte al mal gobierno represor y asesino de Ulises!!!
¡Rompamos el cerco en el que mantienen a San Juan Copala!
¡¡¡Ni con la muerte, ni con metrallas a Bety se le calla!!!
¡Tierra, Libertad o Muerte!
Con todo nuestro más grande Amor.
Omarcito, Itandewi y Omar Esparza
BETY CARIÑO EN LA EMBAJADA DE CANADA:
Nadie va a callar su fuerte y enérgica voz, nadie va a desaparecer su poesia y su lucha. Descanza en Paz compañera Bety.
KOLEKTIVO AZUL/FAO
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Anuncian Gobernación y CFE contratación de empresas integradas por ex trabajadores
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Las tendencias actuales, lesivas para las mujeres, concluyen sindicalistas en seminario
Aún hay marcado rezago salarial con los hombres, largas jornadas y falta de acceso a servicios médicos
Sábado 8 de mayo de 2010, p. 30
Debido a la flexibilización de las condiciones de trabajo, la disminución de los derechos laborales
, y a que los gobiernos abandonan su papel como árbitro en los conflictos entre trabajo y capital
, la situación laboral, sobre todo de las mujeres, ha empeorado, manifestaron sindicalistas durante el seminario De las realidades laborales de las mujeres al trabajo digno.
Agregaron que un ejemplo claro de esto es la prevalencia de una amplia brecha salarial con los hombres, quienes en promedio perciben 30 por ciento más, siendo agricultura, industria, servicios personales, comercio y restaurantes, las ramas económicas de mayor inequidad en este aspecto.
Beatriz Luján, del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), indicó que la mayoría de las trabajadoras, tanto en el sector formal como en el informal, reciben a cambio de sus labores entre uno y tres salarios mínimos diarios, lo que en promedio equivale a cerca de 3 mil 500 pesos al mes.
En el contexto de la presentación de experiencias de trabajadoras del sector informal, de empleadas del hogar y de mujeres del campo, precisaron que actualmente, aunque el porcentaje de mujeres que trabajan asciende a 42.2 por ciento, este aumento en la participación no se ha traducido en mejoras en las condiciones laborales, por el contrario, se está muy lejos
de ello.
Añadieron que la persistencia de prejuicios culturales que desvalorizan las capacidades y competencias de las mujeres ha fortalecido prácticas de segregación ocupacional, que nos ubican en puestos de trabajo identificados como típicamente femeninos y, por tanto, poco calificados y mal remunerados
.
A lo anterior se suma el hecho de que pese a que las mujeres perciben menor salario, tienden a trabajar más horas que los hombres, incluso en algunas maquilas laboran 12 horas diarias, lo que supera las 48 previstas por ley, y añadieron que la tercera parte de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector informal.
Norma Malagón, de la Red de Mujeres Sindicalistas, indicó que la inestabilidad laboral producto de formas de contratación atípicas y de la informalidad constituye un factor determinante en el deterioro de la calidad de vida de las trabajadoras, impide el acceso a la seguridad social y, por consiguiente, el acceso a servicios de protección y cuidado de la salud.
Lo anterior explica que la población ocupada femenina sin acceso a la salud muestra un drástico incremento de 34.4 por ciento en los últimos nueve años
. De manera que la cifra de la población ocupada femenina sin acceso a los servicios de instituciones de salud es de 10.8 millones, que tiende a incrementarse debido a la crisis económica, apuntó Luján.
Malagón remarcó que durante el encuentro, de forma unánime se repudió la reforma Lozano, por lo que el jueves próximo delinearán un plan de acción en contra de esta propuesta de reforma laboral que, como aseveraron en la inauguración del seminario, precariza aún más la situación laboral de las mujeres.
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Adolfo Gilly: el zapatismo quedó como el mito inspirador de cada lucha campesina e indígena
Sábado 8 de mayo de 2010, p. 32
–¿Qué características de la cultura campesina le dieron fuerza al movimiento revolucionario liderado por Zapata?
–Durante las últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX, la expansión de las relaciones capitalistas sobre el territorio de la República Mexicana condujo a una nueva oleada de despojo de las tierras de los pueblos indios en el centro y el sur, y de las tierras de los campesinos pobladores del norte. Este despojo fue amparado por el régimen de Porfirio Díaz y llevado a cabo por las haciendas azucareras en Morelos, ganaderas en el norte, cafetaleras en el sur y de diverso tipo a lo largo y lo ancho del territorio, a medida que se expandían la red ferroviaria, la circulación monetaria, la moderna explotación de los yacimientos minerales y el comercio exterior.
Como en toda la historia del capital, hasta hoy, el despojo y la apropiación de los bienes comunes fue uno de los sustentos de esa expansión.
Los pueblos de Morelos, al sur de la ciudad de México, organizaron su guerra campesina, bajo la dirección de Emiliano Zapata, sobre la base de sus relaciones comunitarias transmitidas por generaciones desde tiempo inmemorial.
Los campesinos del norte de México, en especial en los estados de Chihuahua y Durango, la organizaron sobre sus tradiciones y formas de lucha para conquistar y defender sus tierras contra las etnias indígenas, antiguas pobladoras de esas mismas tierras del norte de México y el oeste de Estados Unidos, y después contra la expansión de las haciendas y el despojo de los pueblos. Por diversos modos y razones, la herencia cultural norteña fue de autonomía de los municipios, defensa armada y control por parte de los pueblos de los bienes de uso común: bosques, praderas, ríos, aguas, montañas.
Cuando a inicios del siglo XX la división y las disputas de poder dentro de la clase dominante presentaron la ocasión propicia, el renovado asalto de los dueños del capital contra esos bienes fue resistido y combatido por los pueblos del norte y del sur recurriendo a las formas de organización transmitidas durante generaciones por la historia de cada región.
Ese entramado hereditario incluía el uso de las armas y del caballo. Los campesinos del sur encabezados por Emiliano Zapata y otros jefes locales, los del norte –muy diferentes en costumbres y modos– liderados por Francisco Villa y los dirigentes de cada pueblo crearon los dos mayores ejércitos, dirigidos por campesinos, que haya conocido la historia del continente desde Alaska hasta la Tierra del Fuego.
A inicios de diciembre de 1914, en el punto culminante de la movilización y de la guerra campesina, esos ejércitos –la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur– ocuparon la ciudad de México, mientras el ala liberal-burguesa de la Revolución, encabezada por Venustiano Carranza, terrateniente y ex gobernador, se replegaba al puerto de Veracruz.
Esta es una de las mayores hazañas de los campesinos y los indios en el continente, comparable –en tiempos y bajo formas muy diferentes– a la toma insurreccional de La Paz, Bolivia, en abril de 1952, y a las dos tomas de La Paz en 2003 y 2005 por los pueblos indios del Altiplano y los pobladores y trabajadores de El Alto y de las minas.
–¿Cuál es el lugar del zapatismo agrario en el proceso revolucionario con respecto a otros movimientos?
–El zapatismo fue el movimiento que, en su Plan de Ayala de fines de 1911 y en documentos posteriores, propuso los programas más avanzados de reparto radical de tierras y organización comunal del gobierno de los pueblos y de la República entera, un programa de contenido y dinámica anticapitalista. Entre 1912 y 1918 los puso en práctica y mantuvo su gobierno propio en la región en lo que ha sido llamado la Comuna de Morelos.
La División del Norte, con decenas de miles de hombres y mujeres bien armados, pertrechados y organizados, fue el más poderoso ejército campesino organizado en México y en América Latina. Destrozó en una serie de grandes batallas al Ejército federal y fue decisivo en la conquista de la capital y en la victoria de la Revolución, aun cuando los gobiernos posteriores hayan sido encabezado por sus enemigos dentro de la misma Revolución, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón.
Pero esta forma de masas en armas de esa Revolución, con dos grandes ejércitos campesinos autónomos, fue decisiva para determinar el carácter democrático-radical y agrarista de la Constitución aprobada en febrero de 1917, sustento de las reformas radicales del cardenismo de los años 30.
–¿Cómo se entiende la forma discontinua en que se desarrolla la Revolución, y cómo influyó esto en la conciencia de las masas?
–La respuesta exigiría un libro, y aun así... Todas las grandes revoluciones, desde la francesa de 1789 hasta la rusa de 1917 y las revoluciones coloniales que cubren el entero siglo XX, atraviesan vicisitudes tales, porque una revolución es un proceso turbulento y no un instante mágico en el tiempo.
La mejor explicación que conozco de esas razones está en el prólogo de León Trotsky a su Historia de la revolución rusa, texto clásico sobre la dinámica interna de las revoluciones.
–¿Qué elementos hicieron que una revolución agraria
alcanzara una dimensión anticapitalista
?
–La Revolución Mexicana, si se le puede dar una definición sin caer en esquemas, sería a mi juicio una revolución campesina, agraria y democrática-radical, con diversas fuerzas sociales en su composición y con cambiantes alianzas, en sucesivos conflictos políticos y de clase durante el curso mismo de la revolución.
Toda lucha radical de masas, armas en mano, contra el despojo, la explotación, la humillación y el desprecio, como fue la Revolución Mexicana, tiene una dinámica interior anticapitalista, como la tiene hoy la lucha de los pueblos indígenas de Chiapas y la de su Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Pero esto no quiere decir necesariamente socialista, lo cual implica una propuesta y un programa específico de reorganización de la entera vida social, como en Rusia en 1917 o en Cuba en 1959-1961.
No veo esto como un defecto o como una carencia, sino como un resultado de la experiencia alcanzada por cada pueblo en cada momento de esa historia en que, otra vez, se subleva contra los agravios y la injusticia acumulados. Las formas de la organización de esos pueblos insurgentes, en cada caso, son resultado de una acumulación de sus experiencias, incluso programáticas, y de su historia. Sólo así se puede explicar la fantástica sucesión de huelgas generales y de organización sindical y de empresa en la historia de los trabajadores en Argentina, mientras en México esa historia está arraigada en rebeliones armadas, organización comunitaria de honda raíz indígena, municipios autónomos, tradiciones anarquistas y movimientos nacionalistas y agrarios de masas.
Eso fue el cardenismo de los años 30 del siglo pasado: unos 20 millones de hectáreas fueron repartidas en propiedad ejidal común, se nacionalizó el petróleo, se organizaron sindicatos de masas, se afirmó el derecho laboral y el gobierno mexicano dio apoyo irrestricto, en armas y dinero, a la revolución y a la república española. Nada de esto se borra de la memoria histórica transmitida por generaciones en un país determinado, como no se borran en Argentina o en Chile las hondas experiencias y tradiciones de organización sindical, de huelgas obreras y populares y de ocupaciones de fábricas.
Cada vez que un nuevo ascenso de movilizaciones y demandas abre camino a nuevas experiencias, este ascenso parte, en su organización, de lo vivido y creado por las generaciones anteriores, no de copiar lo que en otros países se hizo. Algo similar sucedió, dicho sea al pasar, en la revolución cubana, uno de cuyos antecedentes en los años 30 fue el movimiento antimperialista, socialista e insurreccional de Antonio Guiteras.
Paco Ignacio Taibo II ha escrito al respecto una reciente y magnífica biografía de Guiteras. Vale la pena leerla para remontarse a la genealogía cubana de Fidel Castro, del Movimiento 26 de Julio y del radicalismo de su revolución, que no vino del comunismo soviético sino de la historia de Cuba.
–¿De qué manera considera que permaneció el ideario zapatista a lo largo del siglo XX?
–El zapatismo quedó como el programa, la actitud y el mito inspirador de cada lucha campesina e indígena hasta el México de nuestros días. Incluso el PRI y el PRD, como partidos establecidos dentro del aparato estatal, lo invocan por oportunismo y conveniencia. Nadie les cree, ni sus votantes: si los votan, es por otras razones políticas de cada momento.
No creo, en cambio, que el EZLN esté haciendo lo que algunos llaman una apropiación ideológica
. La rebelión indígena armada de enero de 1994 encabezada por el EZLN ha mostrado tener pleno derecho, por sus acciones, sus formas de organización y sus documentos programáticos, a invocar la herencia y la tradición del zapatismo de la Revolución de 1910-1920.
En cada país, y aun en cada región, las revueltas, rebeliones y revoluciones tienen una genealogía propia. En la mayoría de los países de América Latina esa genealogía tiene, entre sus varias ramas, tradiciones del anarquismo y del sindicalismo revolucionario de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX: Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, Chile, Perú, hasta llegar a México y a Cuba. En el norte de México influyeron a principios del siglo XX los sindicalistas de IWW (Industrial Workers of the World) de Estados Unidos, a través del Partido Liberal Mexicano de Ricardo Flores Magón. Los gobiernos nunca han podido sellar esa frontera en movimiento.
Los partidos de izquierda institucional –o institucionalizados– han querido siempre borrar esas genealogías rebeldes. Es imposible. Los trabajadores, en sus modos de ser, de hacer y de pensar la organización y la lucha, las han heredado, preservado y enriquecido, incluso aquellos que nunca oyeron o leyeron acerca de esos ancestros.
La cuestión de la genealogía de las rebeliones es vital para la comprensión en cada caso de sus motivos y sus lógicas. La revolución mexicana de Independencia de 1810, encabezada por los curas Hidalgo y Morelos, fue una gran insurrección agraria e indígena. La Revolución Mexicana de 1910 también lo fue, con los contenidos y las formas organizativas de su época.
Todo movimiento revolucionario mexicano auténtico –y el EZLN es uno de ellos– es heredero de esa doble genealogía. Del mismo modo, la genealogía de las grandes huelgas generales de 1969 con ocupación de fábricas en Argentina se remonta, entre otras, a la Semana Trágica y a la Patagonia rebelde; y la genealogía de los piqueteros y sus métodos de lucha –entre ellos la gran rebelión urbana de diciembre de 2001– viene de las formas de organización de sus padres y abuelos en el país de los argentinos. Genealogía no es repetir. Es recibir, enriquecer y renovar la herencia inmaterial que ellos nos dejaron.
* Entrevista a Adolfo Gilly realizada por la revista argentina Sudestada que aparece en su número 88, Buenos Aires, 1º de mayo de 2010.
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En los anaqueles de novedades discográficas esplende un tesoro: When you’re strange, un disco de audio especialmente diseñado a partir del filme documental del mismo título, realizado por Tom Dicillo.
Entre sus muchas virtudes, añade una variante al gran cauce, torrencial, del fabuloso mundo de la música en el cine: no es un soundtrack, tampoco obedece a la consigna de inspired by
, ni a la de music from the film
ni otra de las vertientes conocidas.
En la contraportada está la clave: “The doors. Break on through. With an electrifyn album”.
¡Y vaya que es electrizante el disco!
La magia de la tecnología nos ofrece la música desnuda, cada poro de su epidermis suspirando, cada órgano gimiendo, sus fluidos en una armonía que de pronto se desarregla, de repente vuelve a la calma. El eros, el pathos, la magia azul de uno de los mejores grupos de la historia en todo su esplendor.
Por ejemplo, en cuanto Ray Manzarek termina de deslizar los iniciales acordes suspirantes de Raiders on the Storm, se escucha con absoluta nitidez el paisaje sonoro entero en detalles tan sorprendentes como una voz que susurra como espectro una micra de segundo después de que enuncia cada verso El Rey Lagarto.
O bien desde el track musical del inicio de todo el disco, Moonlight drive, queda absolutamente claro que estamos escuchando en glorioso sonido estereofónico: en la bocina derecha el canto, en la izquierda el contracanto, aquí el punto, allá el contrapunto.
Esto alcanza niveles de éxtasis cuando en el track 9, Five to one, en la bocina derecha suena el parche del tambor rebotando como alambre, con filigranas de teclados y la voz rasposa del Maestro Morrison, mientras en la izquierda libra batallas épicas la guitarra de Robby Krieger.
Y ya el colmo de lo maravilloso: el blusezaso del track 27: Roadhouse blues, se escucha como nunca: una música en estado primitivo, que es la sustancia de la magia irresistible de los Doors, puesta en nitidez de audio tal que deja en claro que las batallas del alma que libra el blues se desarrollan en terrenos áridos, lujuriosos, cálidos, ariscos, suaves, tremebundos, en polvo y sol calcinante por igual que a la luz de la luna: el universo misterioso e interminable del blues, esa música que espejea como pocas la realidad de la condición humana.
Entre lo mucho que tiene de impresionante este disco es que no estamos hablando de nada nuevo pero se escucha todo nuevo: son las mismas piezas maestras que han cimbrado almas y corazones, mentes y cuerpos durante décadas, pero ahora el trabajo de los ingenieros de audio es sencillamente una obra maestra: no quitan, no ponen, simplemente dejan fluir el sonido.
Solamente en vivo sonaron así de gloriosos los Doors. Estos genios de la ingeniería de audio han cumplido la máxima de William Blake que dio nombre a una novela del Aldous Huxley y a un grupo de culto: If the doors of perception were cleansed, everything would appear to man as it is: infinit
, porque entre otras cosas este disco nos demuestra que existen formas nuevas de escuchar, que si depuramos las puertas de la percepción, todo aparecerá frente a nosotros tal cual es: infinito.
Otro detalle mágico: el filme es narrado por Johnny Depp, ese genio involucrado en proyectos descomunales (Dead Man, con Jim Jarmusch; Alicia, con Tim Burton, et al, y ahora prepara un documental sobre Keith Richards), quien en el disco, como es producción especial, aparte de la película, enuncia los poemas que Jim Morrison dice en la película. (El filme no ha llegado a México, sólo el disco de audio).
Esa poesía vertida en labios de Johnny Depp viene entreverada como entrecorte al inicio de cada una de las 14 piezas maestras en un trabajo de edición formidable. Un ejemplo: antes de que inicie la brutal pieza The end, Depp vierte dos poemas de Jim Morrison: Naked we come y O great creator of being.
Mucho todavía por hablar de este disco fabuloso. Se acabó el espacio. Mejor pongamos a sonar, por vez enésima y afortunada, este hermoso disco.