26 de julio de 2010

RESEÑA FOTOGRAFICA DE UNO DE LOS CONTINGENTES POBLANOS EN LA ASAMBLEA CON AMLO


PUEBLA EN LUCHA CON LOPEZ OBRADOR PARA EL 2012














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Asamblea en el Zócalo
AMLO: acabemos con esta absurda pesadilla

Presenta en el Zócalo su nuevo proyecto de nación

Nuestro tesoro es la convicción de millones

Alma E. Muñoz y Ciro Pérez
Periódico La Jornada
Lunes 26 de julio de 2010, p. 4

Andrés Manuel López Obrador arrancó ayer su precampaña a la Presidencia de la República convocando a todos los afectados y agraviados por la política neoliberal para acabar de una vez y para siempre con esta absurda e inhumana pesadilla.

Ante un Zócalo repleto, presentó los lineamientos del proyecto alternativo de nación que llevará como bandera en un nuevo recorrido por el país para impulsar su candidatura y convocó a los asistentes a seguir orientando y concientizando, para lograr el despertar del pueblo y la insurgencia cívica que hará posible la transformación pacífica del país.

Elena Poniatowska, Armando Bartra y Enrique González Pedrero esbozaron los puntos principales del proyecto que será sometido a consideración del pueblo para enriquecerlo. La escritora señaló que un presidente que se ocupara de las mujeres sería un presidente que ganaría; un presidente que se ocupara de los niños sería un presidente que ganaría, y por eso queremos a Andrés Manuel López Obrador.

Mientras, los representantes estatales de los comités municipales del movimiento nacional en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía popular se dijeron listos para redoblar esfuerzos y volver a ganar la Presidencia de la República.

Desde la plancha del Zócalo capitalino, López Obrador preguntó a la asamblea si estaba de acuerdo en que participe en las elecciones de 2012, y la gente respondió que sí. ¿Vamos?, les insistió. ¡Vamos!, le contestaron. Entonces delineó lo que será parte del trabajo para los próximos dos años.

Advirtió que para esta etapa de lucha no contarán con suficiente dinero ni con el apoyo de los medios de comunicación, por lo que pidió aprovechar el tiempo para organizarse. A diferencia de la mafia en el poder, que hace campaña con los medios, introduciendo al mercado a cualquier candidato como si se tratara de un producto chatarra o de un detergente, nosotros tenemos un tesoro que es la convicción de millones de mexicanos que actúan con voluntad. De manera que, insistió, se va a hacer la campaña desde abajo, y lo más importante, la van a hacer ustedes, el pueblo. Yo voy a ir a muchos lugares, voy a seguir recorriendo el país.

Pidió correr la voz para informar que se trata de un movimiento de convicciones y principios, que lo conforman políticos comprometidos a no mentir, a no robar y a no traicionar.

El tabasqueño comentó que a lo largo de los casi 30 minutos que le llevó cruzar la plancha del Zócalo para subir al templete, la gente le insistió en que ahora sí deben cuidar los votos, para que no se vuelva a cometer un fraude electoral y no nos vuelvan a robar la Presidencia de la República. ¿Cómo podemos lograr que se respete la voluntad del pueblo? Organizándonos desde abajo. Que donde se vaya a instalar una casilla, tengamos uno o dos comités, que se convoque a votar y tengamos capacidad para defender los votos. Tenemos que aprovechar los dos años que nos faltan.

Antes de la intervención de López Obrador, representantes de los comités del movimiento en cada uno de los estados le expresaron su respaldo como aspirante a la candidatura presidencial. Que se oiga bien en el centro, en el norte, sur, este y oeste: nuestro candidato es y seguirá siendo Andrés Manuel López Obrador, y nuestra bandera: Por el bien de todos, primero los pobres, refrendó Jeanette Ramírez, de Coahuila. El de Tlaxcala aprovechó para pronunciarse contra la izquierda “chuchi- sta, servil y entreguista”; la asamblea lo respaldó al grito de “¡fuera chuchos! ¡Viva López Obrador!”

Enrique González Pedrero hizo el primer diagnóstico sobre la situación nacional, como preámbulo a la presentación del proyecto alternativo de nación. A nuestro México pareciera irle de mal en peor, cada día hay más pobres, más desigualdad, más inseguridad, más violencia, menos Estado, más mercado... Hay dos caminos frente a lo que nos ocurre: huir o enfrentar la realidad. Para que viva México y no se nos vaya de las manos, tenemos que organizarnos, para rehacerlo, para reconstruirlo, subrayó el intelectual.

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Andrés Manuel López Obrador advirtió que la mafia del poder impulsará a su candidato presidencial como si fuera un producto chatarraFoto María Meléndrez Parada

Elena Poniatowska condenó que el techo, el sustento, la educación y la cultura sean las dos mitades de la manzana que no les tocan a más de 2 millones 300 mil niños que se quedan sin escuela, y a 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. El abandono de los jóvenes por parte del gobierno es un crimen que el futuro nos cobrará muy caro, advirtió.

La escritora y periodista expresó que si se elevara el nivel educativo de los mexicanos, nuestro país sería más democrático, más solidario y más culto, porque la educación incluye a todos: maestros, alumnos, padres de familia, sociedad y gobierno. Un pueblo educado tiene más elementos para condenar los actos de impunidad y de corrupción de sus gobernantes, y no cae en la adulación o el servilismo. Una educación laica y gratuita crea ciudadanos críticos que no tienen miedo de expresarse.

El investigador universitario Armando Bartra enfatizó que México está en peligro, porque lo arruinaron los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón.

Dijo que ha llegado la hora de reconstruir a México, porque el país necesita una profunda mudanza que nos saque del marasmo, que nos saque de la decadencia.

López Obrador indicó en su turno los lineamientos básicos del proyecto alternativo de nación para el gobierno honesto, austero y democrático que pretende encabezar: Rescatar las instituciones para ponerlas al servicio del pueblo, promover una reforma constitucional para elegir democráticamente a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y convertir al Poder Judicial en un auténtico farol de la ley, porque pareciera que estos jueces de consigna siempre están prestos a escuchar en qué sentido quieren la resolución de los potentados, para nada más encargarse de construir la justificación jurídica.

Democratizar a los medios de comunicación, para garantizar la competencia y el derecho a la información; recuperar la riqueza y los bienes públicos concesionados por encima de la Constitución, en lo que se refiere a la minería, la industria eléctrica y el petróleo; acabar con la corrupción; reducir a la mitad los sueldos de altos funcionarios públicos; terminar con el derroche y los privilegios de la alta burocracia; crear un estado de bienestar que incluya pensión universal para adultos mayores y personas con discapacidad, atención médica y medicamentos gratuitos a toda la población; garantizar los espacios en las preparatorias y universidades públicas; becas para estudiantes de escasos recursos y un programa de mantenimiento y construcción de vivienda.

En materia económica, impulsar la actividad productiva y la creación de empleos; rescatar el campo del abandono, producir los alimentos en México; construir tres refinerías. Convertir el sector energético en palanca del desarrollo nacional para crear empleos e industrializar al país; apoyar a las pequeñas y medianas empresas, industrias y comercios; proteger los recursos naturales, no permitir los monopolios, promover una reforma fiscal progresiva orientada a terminar con los privilegios fiscales de que gozan los potentados del país, como el llamado régimen de consolidación fiscal; gravar las operaciones en la Bolsa Mexicana de Valores; que el presupuesto sea realmente público y se dé preferencia en él a los pobres, así como crear una nueva corriente de pensamiento para fortalecer valores culturales, morales y espirituales.

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Durante dos horas, 37 oradores expusieron sus propuestas

Volvió a llenar el Zócalo, pese a los pronósticos de diluvios
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De los 31 estados llegaron contingentes para participar en la asamblea de comités municipalesFoto Carlos Ramos Mamahua
Jaime Avilés
Periódico La Jornada
Lunes 26 de julio de 2010, p. 5

Sin dejarse intimidar por las tremebundas profecías del Gobierno del Distrito Federal, que auguraba las peores lluvias de todos los tiempos para el día de la fecha, decenas de miles de hombres y mujeres que desean llevar a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador –aunque faltan dos años para las elecciones– se lanzaron el sábado a los carreteras, desde los 31 estados de la República, y ayer, junto con nutridos contingentes de capitalinos, volvieron a llenar el Zócalo en respuesta a una convocatoria del máximo dirigente opositor del país.

Trinidad Ramírez, de Tomatlán, Jalisco, viajó 17 horas a bordo de un autobús que alquiló con sus compañeros de la brigada José Zamarripa de la Peña para participar en la asamblea de comités municipales del gobierno legítimo de México y fue uno de los 37 oradores que, de las 10 a las 12, tomaron la palabra para analizar la trágica coyuntura nacional y proponer una solución conjunta: ir como movimiento organizado, pueblo por pueblo, calle por calle, familia por familia, a los comicios del domingo primero de julio de 2012.

Zapopan Ramírez, abogada combativa de la localidad de Cinco Manantiales, Coahuila, recorrió mil 400 kilómetros, también en autobús de alquiler, desde aquella frontera con Texas, y cuando se colocó ante el micrófono, en representación de las y los obradoristas de su estado, para hablar tres minutos, sugirió que el lema de la campaña sea nuevamente por el bien de todos, primero los pobres.

Quien habló por los comités territoriales de Tabasco, cuyo nombre se extravió, venía del municipio de Macuspana y del pueblo de Tepetitán, donde López Obrador nació en noviembre de 1953, pero fue breve y rotundo cuando definió la postura de sus paisanos: Con Andrés Manuel todo, sin Andrés Manuel nada.

Por Yucatán intervino un habitante de Motul, que de entrada improvisó una bomba. Por Quintana Roo se pronunció una señora llamada Trini, que denunció la destrucción de las playas de Cancún y Cozumel. Los representantes de Sonora, Sinaloa, Veracruz y Zacatecas, así como los de Aguascalientes, las Baja Californias, Campeche, Durango y el estado de México, y todos los demás, se refirieron al número de ejemplares del periódico Regeneración que reparten casa por casa mensualmente. La publicación que dirige Jesús Ramírez Cuevas, a la fecha, según cálculos extraoficiales, ha tirado ya más de 35 millones de ejemplares.

En compañía de los secretarios del gobierno legítimo, de funcionarios –como Martí Batres y Armando Quintero– del gabinete de Marcelo Ebrard, de artistas como Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez, y de invitados como doña Rosario Ibarra, los representantes de los comités municipales permanecieron codo a codo, alineados a espaldas del futuro candidato a la Presidencia, a lo largo de un enorme templete lleno de lámparas de teatro, adornado por delante con docenas de arreglos florales y, por detrás, con un telón de fondo que lucía en franjas horizontales los colores de la bandera mexicana, de modo que entre el verde que evoca la esperanza y el rojo que ahora recuerda el baño de sangre que vive el país, escrita en letras negras sobre el blanco que celebra la pureza se leía, un tanto cuanto enigmática, la solitaria palabra vamos.

¿Qué significaba? El gentío se lo preguntó durante casi cuatro horas, hasta que poco antes de las dos de la tarde, en el clímax de su discurso, López Obrador dijo: ¿Están de acuerdo en que vayamos como movimiento a las elecciones de 2012? La muchedumbre, exhausta después de escuchar a 36 oradores, respondió muy quedito: .

El tabasqueño repitió la pregunta: ¿Vamos? De nuevo, miles de voces contestaron por lo bajo: . ¡No los oigo!, exclamó el casi candidato. ¿Vamos? Y por fin, la multitud echó la casa de los pulmones por la ventana de la garganta: ¡Síiii!, y estallaron los aplausos, las consignas rimadas y no lejos de la esquina entre Catedral y Palacio una pequeña banda campesina de la UPREZ se aventó una sentida diana diana con jarana, diana diana con chinchín...

Algunos minutos antes, esa banda había tocado las mismas notas con ímpetu de tambora, tuba, trombones y platillos, cuando López Obrador propuso que, para contrarrestar el clima de odio que impera en la República, la gente actúe con amor, pues el que siembra besos, besos cosecha. La frase desconcertó en principio, pero de inmediato, en cuanto la audiencia logró digerirla, suscitó aplausos y sonrisas, y tuvo un colofón genial a cargo del Tata Arvizu.

Ya había acabado la asamblea, ya se despedía López Obrador agitando la mano desde el escenario, cuando el veterano cómico, asiduo seguidor del tabasqueño desde los días del plantón de 2006, se apoderó del micrófono y, aludiendo al hecho de que el templete estaba colocado delante de Catedral, dijo: Compañeras y compañeros, yo propongo que hagamos lo mismo que los del negocio de aquí atrás: ¡vamos a darle un abrazo a los que están junto a nosotros!

Sólo en ese momento, muchos repararon en que por primera vez en cuatro años, la campanas de Catedral no habían sido tocadas con agresividad ni escándalo, para poner de manifiesto el rechazo del cardenal Norberto Rivera al movimiento de López Obrador.

Tampoco, a saber por qué, el mitin fue sobrevolado por los ruidosos helicópteros de la policía capitalina. En otras palabras, los fotógrafos de prensa no contaron con la ayuda de la fuerza aérea de Ebrard para dar testimonio gráfico de la magnitud de la concurrencia.

Pero si el alcalde había anunciado el viernes que no asistiría a la concentración porque en ella no tenía nada que hacer –insinuando que dedicaría su tiempo a cosas más importantes–, lo cierto es que estuvo presente de dos buenas y generosas maneras: regalando botellas de agua con el escudo y el lema de su administración Ciudad con Angel, y prestando el templete, que la víspera había cobijado a los miembros de un famoso grupo musical.

Estuvo presente, asimismo, cuando entre las ocho y las 10 de la mañana estrellitas de Televisa y amantes de los ejercicios de relajación tomaron clases de yoga impartidas por Dalilah Polanco, al término de los cuales Natalia Gil, organizadora del evento, le dio las gracias tanto a Marcelo Ebrard como a Federico Arreola. Pero, a pesar de las cartulinas que algunos asistentes al acto político exhibirían por el Zócalo más tarde, con mensajes contra Ebrard y Manuel Camacho, y denuncias por la represión que el GDF ejerció contra los pobres de la Magdalena Contreras para construir la supervía poniente en beneficio de los ricos de Santa Fe, la verdad es que la nueva propuesta de López Obrador –sembrar besos para cosechar besos– acabó endulzando el aire pegajoso y gris de las 2 y media de la tarde, y cuando la doctora Raquel Sosa se reveló como una espléndida cantante del Himno Nacional, que decenas de miles entonaron con el puño izquierdo en alto, ya nadie se acordaba del jefe de gobierno saliente.

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2012

John M. Ackerman

Frente al monumental fracaso del gobierno de Felipe Calderón para resolver los problemas más elementales del país, es de celebrarse el inicio anticipado de las campañas presidenciales para 2012. La competencia por la Presidencia de la República podría servir como el marco perfecto para el surgimiento de un verdadero debate nacional sobre el futuro de la nación. Lo último que México necesita es otro llamado estéril a la unidad encabezado por un gobierno sin legitimidad. Al contrario, hace falta un gran despertar social en el que la ciudadanía se haga cargo de construir y proponer soluciones innovadoras para su propio futuro.

Ante la gravedad de la situación nacional, México no puede permitirse el lujo de elegir otro burócrata gris o populista dicharachero. El país entero reclama que su próximo presidente sea un auténtico líder con una gran sensibilidad social. Tendría que ser alguien con la capacidad para articular una nueva visión nacional y con la disposición para trabajar junto con los sectores más agraviados de la sociedad para lograr los cambios urgentes en materia económica, política y social.

La caballada está flaca. En el Partido Acción Nacional (PAN) los pocos candidatos con algunos principios auténticamente panistas, como Santiago Creel o Manuel Espino, son precisamente los que menos posibilidades tienen de lograr la candidatura presidencial. Por su parte, la eventual candidatura de alguno de los personeros del minigabinete de Calderón, como Lujambio, Molinar o Lozano tendría pocas o nulas posibilidades de ganar.

En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la situación no pinta mejor. Aun con todo el apoyo de Televisa, Carlos Salinas y una amplia diversidad de medios impresos, Enrique Peña Nieto simplemente no ha sido capaz de articular una visión nueva para el país o de acercarse verdaderamente a la ciudadanía. Un solo debate público sin guión con sus adversarios sería suficiente para romper la burbuja mediática de popularidad que se ha generado a su alrededor. Su carencia de capacidades analíticas y de liderazgo auténtico se hará patente muy pronto. Por su parte, a menos de que la población mexicana de repente sufriera de un ataque de amnesia colectiva, resulta difícil creer que Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes o Emilio Gamboa puedan ganar la confianza de la ciudadanía como candidatos presidenciales.

En contraste, la izquierda está inmejorablemente posicionada para conquistar la silla presidencial en 2012. Su relativa debilidad en cuanto a posiciones políticas tanto en el Congreso federal como en las entidades federativas esconde un hecho innegable: sigue siendo la única fuerza política que tiene arraigo social y de manera creíble podría encabezar una renovación en la vida pública nacional. Si el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo y Convergencia aprovechan la oportunidad, podrían encaminarse desde ahora a una victoria en 2012.

Tomando en cuenta esta ventaja comparativa de la izquierda en relación con las otras fuerzas políticas, sería un verdadero desperdicio que estos partidos escojan como su candidato en 2012 simplemente a un guapo o un tecnócrata. Bajo este escenario, en lugar de explotar su fortaleza, las fuerzas progresistas se colocarían en una posición de plena desventaja al acceder jugar en la cancha determinada por los adversarios.

Hasta la fecha, Andrés Manuel López Obrador es el único que ha sido capaz de articular un discurso consistente de renovación de la política nacional. Él, además, es el único que se ha preocupado por acercarse de manera sincera a las inquietudes ciudadanas al visitar todos y cada uno de los municipios del país.

Como cualquier ser humano, López Obrador no es perfecto. Puede disgustar a muchos su terquedad o falta de autocrítica. Pero comparado con los enanos que pueblan el escenario público de hoy, AMLO destaca como un verdadero dirigente.

Sólo si de forma milagrosa apareciera en los próximos meses algún nuevo líder social, los ciudadanos preocupados por el futuro del país tendrían que apoyar las aspiraciones presidenciales de López Obrador. No se trata de entregarse de manera acrítica al mesías tropical ni de estar de acuerdo con todas las posiciones y pronunciamientos del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal. Al contrario, habría que someter a López Obrador a la misma crítica exigente que él ejerce sobre los integrantes de la clase política, muchos de los cuales, por cierto, también participan en el mismo movimiento de AMLO.

México tiene la urgente necesidad de romper con décadas de presidentes mediocres y populistas. Tal como ocurrió hace 100 o 200 años, ha llegado la hora de que se articulen los liderazgos políticos y las inquietudes sociales. El programa que López Obrador presentó ayer en el Zócalo capitalino sin duda ofrece esperanzas para que podamos vivir otra transformación radical en el siglo XXI.

Ingenuo
Hernández