■ En guardia
El intento de privatizar Pemex parece debilitarse. Síntomas: la línea informativa de medios electrónicos y diarios controlados por el gobierno está reduciendo el tema después de la aparatosa campaña para promoverlo. Calderón y Mouriño se inclinan por un “amplio debate” al que se negaron durante meses. Por unanimidad y con aspereza, los diputados federales del PRI rechazaron el diagnóstico elaborado por el gobierno. La resistencia está funcionando. No puede negarse la acción de priístas patriotas, pero la causa eficiente es el veto de AMLO, principal y casi único opositor del gobierno. Sin embargo, no puede descontarse un golpe artero en semanas recientes de este periodo legislativo.
Podría tacharse de incompetente a Calderón y a sus agentes, pero nadie les puede negar perversidad. Atacan en forma oblicua e intentan sorprender con falsas promesas y mentiras. Están atrapados: entre las dificultades de cumplir la reforma que ya “vendieron” en Estados Unidos y las presiones de los inversionistas que la ven como gran oportunidad de negocio. Los panistas no tienen temple patriótico. Hugo Gutiérrez Vega ha recordado la defensa que Efraín González Luna hizo hace más de medio siglo de la industria petrolera nacionalizada (no estoy de acuerdo en llamarle pensador de derecha a Efraín.)
Sobre los priístas hay que decir, que quienes controlan las cámaras son nacionalistas hoy, para estar en favor de la inversión privada mañana si pudieran obtener ventajas jugosas que le arranquen al desesperado Calderón. Ya lo vimos en el caso del desafuero. Recuerdo como Manlio Fabio Beltrones y otros ilustres priístas juraban que no apoyarían a Fox en la aventura, para votar en sentido contrario al día siguiente.
Hay que mantener la guardia en alto. La organización de la resistencia debe continuar. El despliegue de las brigadas el 25 de marzo demostró que tenemos con qué responder. AMLO ha visitado casi todas las capitales del centro y del sur del país. Miles lo han recibido dispuestos a una resistencia civil extrema. Lo numeroso, ordenado y articulado de las brigadas nos ha sorprendido aún a nosotros y seguramente ha alarmado al Cisen.
La resistencia civil pacífica es un instrumento de lucha política que no se ha empleado en México. Su raíz está en el pensamiento cristiano y en los ejemplos de líderes no violentos como Luther King y Gandhi y los jefes de varios movimientos independentistas.
■ La declaración coloca a Carstens como sicario de Calderón, señala
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Di Costanzo: cobarde amenaza, decir que sin cambios habrá más impuestos
Amenaza · Hernández
Mario di Costanzo, secretario de la hacienda pública del “gobierno legítimo”, calificó de “cobarde amenaza” la declaración de Agustín Carstens de que ante la ausencia de una reforma energética se presentará el dilema de elevar los impuestos o reducir el gasto público.
En un comunicado, advirtió que con esa actitud el secretario de Hacienda y Crédito Público se coloca como “uno de los sicarios de Felipe Calderón y muestra la debilidad del gobierno y poca imaginación para resolver el asunto energético”.
Si requieren más recursos, apuntó, “podrían empezar por reducir el gasto corriente superfluo, como comidas y gastos de representación que el propio secretario realiza diariamente, o los elevados gastos de operación que el gobierno mantiene”.
Para ello, dijo, “sólo bastaría recordarle que el gasto corriente del sector público entre 2000 y a la fecha pasó de 714 mil millones de pesos a un billón 466 mil millones, es decir, se duplicó”, mientras la inversión directa aumentó en 30 mil millones, así que por cada peso en la segunda el primero se incrementó casi 35.
Di Costanzo resaltó que el presupuesto para este año es de 2 billones 569 mil millones de pesos, y si las inversiones anuales que Petróleos Mexicanos (Pemex) requiere son de unos 200 mil millones anuales, “bastaría un ajuste al gasto corriente y de operación superfluo de 8 por ciento para salir adelante”.
Calificó de “lamentable” la propuesta de incrementar los impuestos, pues “cualquier estudiante de primer semestre de economía sabe que el sistema tributario en México tiene grandes huecos, es decir, mantiene la existencia de regímenes fiscales especiales que permiten que las grandes empresas prácticamente no paguen aranceles”. Además, sostuvo, ello “obliga a que a Pemex se le confisquen prácticamente sus ingresos para financiar el gasto público”.
Por otra parte, ayer se anunció que Andrés Manuel López Obrador asistirá hoy al mediodía a la “toma de protesta” de las más de 10 mil mujeres brigadistas del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, en el Monumento a la Revolución.
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■ El gremio lo hace bajo protesta; “no se cumplieron nuestras peticiones”, asegura la lideresa
Firman sindicato y autoridades de la UAM fin a 64 días de huelga
■ El primer paso es retomar el trimestre, afirma el secretario general de la institución
■ Rechaza la dirigencia que la organización de los trabajadores haya quedado dividida
Ampliar la imagen Levantamiento de banderas rojinegras frente a la rectoría general de la UAM Foto: Víctor Camacho
El Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) firmó “bajo protesta” el convenio que ratificó el fin de la huelga que mantuvo cerradas las instalaciones universitarias por 64 días.
Sin embargo, para el gremio es claro que “no se cumplieron nuestras peticiones, por lo que levantamos insatisfechos”, señaló Hermelinda Hurtado Guzmán, secretaria general del gremio.
Hurtado destacó que entre los “logros” de dos meses de paro de labores –sin que se haya dado respuesta a las principales demandas del pliego petitorio– está que el movimiento “nos dejó muchas enseñanzas”; destacó el apoyo del sector académico, el cual, afirmó, “ha refrendado que quieren estar en las filas del SITUAM”.
Por separado, Javier Melgoza Valdivia, secretario general de la UAM, afirmó que tras concluir la huelga más larga en la historia de la UAM, hay que superar los “daños anímicos, emocionales y políticos, a la brevedad”. Insistió en que “habrá que trabajar para retornar a la normalidad laboral y académica. El primer compromiso, dijo, es retomar el trimestre y volver a las actividades este lunes, aunque enfatizó que las autoridades universitarias deberán hacer “valoraciones pertinentes del clima institucional”.
Sin embargo, agregó que en la relación laboral, el conflicto es “normal, no resultado de un evento anómalo. Se desprende de su propia naturaleza y tenemos que encontrar los cauces para que se resuelva por las vías cotidianas y no llegar a una huelga”.
La dirigente sindical, rechazó que el gremio haya quedado “dividido”, ante las constantes confrontaciones de las corrientes internas, e insistió en que el levantamiento fue una decisión de “la mayoría de los trabajadores sindicalizados”.
El acto protocolario, al cual no asistieron el rector general de esta casa de estudios, José Lema Labadie ni el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, estuvo encabezado por Carlos Siqueiros, jefe de la Unidad de Conciliadores de esa dependencia, e integrantes de las representaciones universitarias y gremial, quienes suscribieron el acuerdo en tan sólo 20 minutos.
Como parte del convenio, la dirigente del SITUAM aseguró que se concretará un acuerdo para atender, en un plazo máximo de 90 días, la demanda salarial de los trabajadores administrativos, debido a que las autoridades no atendieron la petición de incremento económico.
Sobre el trimestre casi pasado sin clases afirmó que el compromiso de los trabajadores es “colaborar en todo, porque no vamos a permitir que se pierda”, y ratificó que a partir de mañana lunes, los sindicalizados regresarán a sus labores.
Acuerdos
De acuerdo con los términos del convenio, el incremento económico no superó el tope salarial, por lo que más de 7 mil trabajadores académicos y administrativos recibirán un aumento de 4.25 por ciento directo al salario, más 1.2 por ciento en prestaciones y la entrega, por única vez, de un bono por 2 mil 500 pesos para los administrativos.
También se acordó que en siete días, luego de la firma del convenio, se hará una revisión de las plazas sindicalizadas que se deberán crear en la unidad Cuajimalpa, adicionales a las 36 nuevas ya pactadas. Se signó la reapertura del Centro de Desarrollo Infantil número tres, con 40 plazas, y el compromiso de crear una comisión para resolver la demanda de los trabajadores de intendencia de la unidad Azcapotzalco, quienes demandan áreas fijas de trabajo.
Acerca de la demanda de 70 cursos de capacitación, se acordó resolverla mediante comisiones mixtas. Se aprobó dotar de 36 plazas de nueva creación, –12 por unidad académica–, así como “destrabar” las 150 congeladas en años anteriores.
¿Cuál diagnóstico?
El Diagnóstico: situación de Pemex, que la Secretaría de Energía y Pemex entregaron a los grupos parlamentarios el pasado fin de semana, tiene la muy notable peculiaridad de que no diagnostica nada, se limita a señalar algunas dolencias de la empresa nacional, se atreve a sugerir que su régimen fiscal sea modificado y, lo peor de todo, no nos proporciona información que nuestros expertos no nos hubieran ya dado antes. Un diagnóstico es la calificación experta de una enfermedad, que sugiere, por sí misma, el tratamiento. Todo el que se tome el trabajo de leer las 128 páginas del documento, verá que no hay tal.
Estoy ansioso de que nuestros economistas y expertos petroleros desnuden la inanidad del documento en lo que se refiere a cuestiones técnicas de exploración, extracción, refinación y otras materias de las que yo no me ocupo. Quiero enfocarme en el problema fiscal de Pemex, en el que hizo énfasis la secretaria Kessel. Ella reitera lo que ya el documento dice, que la empresa necesita más recursos y sugiere que el régimen fiscal necesita modificarse. Pero el documento repite la misma historia: Pemex no tiene recursos y los debe buscar asociándose con otros. Ya sabemos lo que eso quiere decir.
Según el documento, cosa que Pemex ya había informado, sus ingresos en 2007 fueron de 104.5 mil millones de dólares. El que quiera, que haga la conversión correcta, pero estamos hablando de una suma cercana al billón 150 mil millones de pesos (al tipo de cambio de ese año). El documento no dice una palabra de adónde fue a parar ese dinero. Contrasta con los alegatos oficiales de que Pemex no tiene dinero. Se ha dicho también que para llevar a cabo lo proyectos que se tienen se requeriría algo así como 100 mil millones de dólares. Por lo que puede verse, la empresa sí tiene ese dinero y no tiene necesidad de pedirlo a otros, ni en crédito ni asociándose.
Hubo una época no lejana en que a la empresa se la sangraba todavía más que ahora. Entonces, recuerdo que se le quitaba 81 por ciento de sus ingresos brutos, nada más por derechos sobre el subsuelo y su superficie. Ahora, los diferentes derechos que antes había se han unificado en uno solo: “derecho ordinario sobre hidrocarburos”, que en cuatro años será de 71.5 por ciento del producto extraído (petróleo o gas). Hoy sigue pagando más de 74 por ciento. Pero sigue perdiendo de su ingreso bruto más de 90 por ciento. La sangría despiadada continúa. Eso lo puede ver cualquier curioso en el capítulo XII (hidrocarburos) de la llamada Ley Federal de Derechos.
El que tenga tiempo de revisar con cuidado el dichoso diagnóstico podrá ver desfilar la enorme cantidad de marrullerías que la Sener y Pemex nos deslizan para hacernos creer que la empresa está quebrada. El documento se la pasa tratando de convencernos de que no hay dinero para los proyectos que Pemex necesita y hay que buscarlos con otros. Además, la empresa tiene que enfrentar obligaciones colosales que la lastran e impiden su crecimiento.
Por ejemplo, tiene que pagar salarios descomunales y pensiones y jubilaciones que crecen continuamente, lo que se llama, eufemísticamente, “reserva laboral no fondeada”. Se calcula en 520.8 mil millones de pesos. No se dice cuánto se eroga actualmente en salarios. Sólo se sugiere, pero no se dice claramente, lo que costará el total de la fuerza laboral asalariada (una proyección absurda y fuera de lugar). Sí se apunta, empero, que en 2007, en pensionados (75 mil) se pagaron 16 mil 748 millones. Aparte de que no se informa nada acerca de los exorbitantes sueldos que deben ganar los cerca de 20 mil ejecutivos y empleados de confianza, ni de lo que ganan realmente los asalariados de base o eventuales.
Kessel y Reyes Heroles se escandalizan por el hecho de que Pemex ha tenido que desarrollar sus muy pocos y miserables proyectos con créditos que le salen costando enormidades y claman porque a la empresa se le dote de recursos propios. ¿De dónde, si el producto de la venta de hidrocarburos anda perdido eternamente? Quieren una reforma fiscal, quieren que Pemex reciba una mayor cantidad de su producto. Pero cuando proponen medidas concretas, nos dicen que el dinero que no se tiene hay que buscarlo fuera. Hasta me dio la impresión de que no están de acuerdo con el régimen usurario de los llamados “Pidiregas”. El camino, para ellos, es la asociación con otros.
Teóricamente, a Pemex debería corresponderle el precio de los hidrocarburos vendidos del que Hacienda no le despoja. En 2007 le debieron haber quedado algo así como 10 mil millones de dólares, pero no. Lo que recibe no es el producto real de su venta sino la cantidad que el presupuesto le asigna previamente y que va tan sólo un poco arriba de 40 dólares por barril. Sus deducciones fiscales son ridículas y ya están fijadas de antemano en la ley y el presupuesto. Resulta que Pemex recibe sólo lo que el presupuesto le asignó. Lo que le corresponde, en realidad, es mucho más y es suyo, sólo que no puede usarlo. ¿Adónde va a parar ese dinero?
¿Y la iniciativa de reforma energética? Ahora el senador Creel nos anuncia que serán las bancadas parlamentarias del PAN las encargadas de elaborarla y no el Poder Ejecutivo. ¡Esto ya es un sainete! El PRI sigue exigiendo que el presidente mande su iniciativa. ¿Qué lo detiene? Sencillo: no es que no sepa qué quiere hacer, más bien quiere que acabemos de aceptar su tesis de que, como Pemex no tiene dinero, hay que ir a buscarlo afuera. ¿Están de acuerdo los priístas en ello? ¿Por qué no lo dicen? Tan sencilla que sería la cosa: ¿por qué no se le cobra a Pemex un impuesto por arriba del fiscal, puesto que es la mayor y más productiva empresa, y lo demás se le deja para que resuelva sus problemas laborales, de inversión y de promoción de la investigación petrolera que está abandonada desde hace decenios y, también, para que pueda comprar en el mercado internacional la tecnología que requiere y que no pueda desarrollar por sí sola, sin tener que asociarse con nadie que no le convenga? ¿Es mucho pedir? Por lo menos, está dentro de la letra y el espíritu de la Constitución.