Sector obrero, dividido aun el 1º de mayo
El sector obrero mexicano conmemorará este Primero de Mayo seccionado y dividido, principalmente por diferencias entre los líderes sindicales y porque no comparten las formas de celebración y protesta en este Día del Trabajo; incluso, ni el sector corporativo nacional marchará unido.
Por ejemplo, la Confederación Regional Obrero Mexicana (CROM) se desmarcó ya del acto central que realizará el Congreso del Trabajo (CT) en el Zócalo capitalino, el cual empezará alrededor de las 9 horas. Ignacio Cuauhtémoc Paleta, dirigente de la confederación, señaló que marcharán solos y se reunirán en el Hemiciclo a Juárez. La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) de plano dejará la protesta; ahora realizará un “festejo” en el estadio Azteca con artistas famosos.
Organizaciones como los petroleros, los trabajadores del ISSSTE y muchos otros sindicatos tampoco se unirán a la conmemoración del CT.
Paleta comentó que la división del sector obrero en este Día del Trabajo se debe a la “diferencia en las formas de pensar de los líderes”, a que no hay coincidencia en la defensa de las conquistas laborales y no se comulga con quienes quieren una fiesta hacer este Primero de Mayo, como la CROC, cuando se trata de recordar las luchas de los mártires de Chicago, de Cananea y de Río Blanco.
Entre las organizaciones sindicales independientes, campesinas y sociales, aunque tienen interés de realizar una manifestación conjunta que incluya un mitin en el Zócalo, en el que todas confluyan, hasta anoche no había acuerdo.
■ Es el código a que recurren empresarios para esconder la explotación de trabajadores
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Combatir la “flexibilización laboral”, reto central del sindicalismo mundial: expertos
■ Los gremios pierden terreno con la imposición del neoliberalismo en el orbe, dicen en conferencia del Cilas
■ En México, dicho sistema económico fomentó la “lucha individualista” de empleados
Actualmente, los principales retos del sindicalismo en el mundo son combatir la “flexibilización laboral” que impone el modelo neoliberal y la baja tasa de agremiación, debido al debilitamiento que promueve dicho esquema económico, establecieron dirigentes, académicos y expertos en el tema, durante la segunda Conferencia Sindical Nacional, organizada por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas).
Christophe Aguiton, dirigente del Sindicato Solidario, Unitario y Democrático (SUD-PTT) de Francia y responsable de las actividades internacionales de ATTAC-Francia (movimiento internacional que promueve el control democrático de los mercados financieros y las instituciones encargadas de regularlo), señaló que la flexibilización es el código que usan los empresarios y las multinacionales para esconder la explotación desmedida que hacen de los trabajadores, lo que les permite ser competitivos.
“El proceso de flexibilización en el mundo ha sido impuesto con profunda violencia y con el costo de la pobreza, en algunos casos semiesclavitud de los trabajadores”, agregó el líder social francés, trabajador de France Telecom.
En tanto, Javier García Aguilar, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que desde la imposición del neoliberalismo en el mundo, los sindicatos poco a poco pierden terreno. Especificó que en México, con la entrada de lleno en dicho sistema, en 1982, los gremios han perdido legitimidad, representatividad y poder de negociación, exceptuando las organizaciones corporativas “que han servido al PRI, y ahora al PAN”, para controlar y someter a los trabajadores.
Apuntó que el neoliberalismo en México ha generado una cultura antisindical que aleja a los trabajadores de las luchas por sus derechos y reivindicaciones, lo cual es evidente en el “bajísimo” nivel de empleados que se afilian a algún gremio.
“Optan más por la solución individual de su situación que por las luchas colectivas”, añadió García Aguilar, quien expuso que en 2005, de una población económicamente activa (PEA) de 42.8 millones de mexicanos, solo 4.3 millones estaban sindicalizados, es decir 10.17 por ciento, mientras que en 1993 ese porcentaje llegaba a 13.01.
Detalló que del total de sindicalizados, más de la mitad se encuentra en el Distrito Federal; le siguen Nuevo León, con 3.57 por ciento; Puebla, 2.56; Tamapulipas, 1.85; estado de México, 1.84, y Jalisco, 1.55. En el resto de entidades difícilmente se supera el punto porcentual de empleados agremiados.
Los expertos también apuntaron que la flexibilidad laboral obliga a los trabajadores a prestar sus servicios en condiciones inhumanas, con largas jornadas determinadas por los patrones, con salarios que condenan a la pobreza y la indefinición jurídica. Advirtieron que este problema afecta a la fuerza laboral de todo el orbe y de todos los sectores, no sólo a los de países pobres o expulsores de mano de obra barata.
Aguiton comentó que aunque puede sonar reiterativo, a escala global al sindicalismo le queda únicamente el recurso de resistir, cada vez de manera más decidida, contra la flexibilización laboral y por la defensa de la contratación colectiva.
En tanto, Mike Parker, especialista estadunidense en estrategias sindicales frente a las nuevas tecnologías, indicó que al referirse a flexibilización se habla de “dar todo el poder a los patrones para que hagan lo que quieran con las condiciones de trabajo, horarios y salarios, en función de obtener mayor competitividad.
“Todo el mundo habla de flexibilización, pero sabemos que eso se trata de legalizar que la patronal haga lo que quiera y cuando quiera, que subcontrate, que terciarice, que sustituya a trabajadores formales con informales sin ningún tipo de protección legal ni derecho a defenderse”.
Flexibilización, continuó el experto, es negar el derecho a agremiarse, para que el sindicato no pueda regular la relación de los obreros con los patrones y, de ese modo, el capital pueda hacer su voluntad irrestricta.