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Hallan el cadáver de un manifestante arrestado por agentes del gobierno de facto
Rafael Alegría, uno de los dirigentes de la resistencia, fue aprehendido por la policía
Una misión de congresistas de Estados Unidos se reunió en Tegucigalpa con Micheletti
Arturo Cano
Danlí, Honduras, 25 de julio. Megáfono en mano, el presidente Manuel Zelaya Rosales se acerca de nuevo a la frontera para confirmar, como se adelantó en este diario, que establece su cabeza de playa
en este punto hasta que su familia y seguidores se reúnan con él: Hoy vamos a poner aquí campamentos, con agua y comida, y aquí vamos a estar en la tarde, hoy en la noche, mañana en la mañana
.
A unos 12 kilómetros, en el Desvío Alauca, acaban de encontrar el cadáver de Pedro Magdiel Muñoz, joven de 23 años, vecino de una colonia popular de Tegucigalpa, quien, según los zelayistas, participaba en las protestas frente al retén militar, aproximadamente a medio kilómetro de donde fue hallado su cuerpo, con huellas de tortura y 42 heridas de arma blanca.
Al mediodía Zelaya también informa de la detención de Rafael Alegría, uno de los más importantes dirigentes de la resistencia, y exige su libertad.
Estos dos hechos marcan una jornada en la cual la estrategia de los golpistas parece dar los frutos por ellos esperados. A lo largo del día, en un retén tras otro y en Radio Globo, donde los zelayistas obtienen información desde hace casi un mes, se multiplican las versiones de otros asesinatos, de heridos, de más detenidos, al tiempo que el gobierno de facto anuncia la ampliación del toque de queda en toda la región fronteriza con Nicaragua, para sumar 42 horas continuas.
Por aquí anda el médico que te puede documentar cinco muertos
, dice Carlos H. Reyes, líder sindical y candidato a la presidencia, en uno de los muchos retenes que hacen imposible para los zelayistas llegar al cruce fronterizo de Las Manos.
No todo se queda en información sin confirmar. En la posta de la Policía Nacional número siete, en Danlí, al menos 45 personas están hacinadas en una celda estrecha, entre ellas el líder de Vía Campesina, Rafael Alegría, a quien se acusa de aproximarse de más a la frontera y hacerse pasar por periodista
. Pero con él hay hombres, mujeres y al menos ocho menores de edad, algunos detenidos la noche anterior. Las mujeres, muchas integrantes de una organización indígena, se quejan de que las tienen ahí sin alimentos ni agua, además de que ni siquiera les permiten ir al baño.
Al llegar los primeros periodistas extranjeros y un grupo de defensores de los derechos humanos, los oficiales a cargo niegan que Alegría se encuentre ahí. Pero un par de mujeres frente a la posta policial dice lo contrario. Un grupo de periodistas logra colarse y confirma que ahí se encuentra el dirigente, quien es finalmente liberado luego de que entran a verlo Juan Almendares, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y un abogado.
Aunque todos los detenidos están ahí por violar el toque de queda
, según informa el comisionado Jorge Cerrato, en las calles de Danlí se diría que no pasa nada, porque mucha gente anda por las calles. Sería prácticamente imposible arrestarlos a todos
, justifica el oficial Cerrato. De modo que sólo se detiene a quienes participan o se acercan a las protestas.
Hoy detuvieron al primer dirigente. Pero ellos dicen tener órdenes de aprehensión contra muchos de nosotros
, afirma Eulogio Chávez, presidente del sindicato de maestros de educación media, en el último jalón de su protesta semanal, porque los mentores han decidido dar clases de lunes a miércoles y participar en la resistencia de jueves a domingo.
El avión de Romeo
En El Paraíso, punto más cercano a la frontera, los zelayistas confirman 22 detenidos. Uno de ellos fue el joven Magdiel Muñoz, quien según sus compañeros fue aprehendido el viernes, cerca del retén del Ejército, cuyo cuerpo aparece esta mañana. En un principio, oficiales de la policía aseguran que el joven fue detenido por fumar mariguana. Luego afirman que el fumador fue otro ciudadano, liberado la mañana del sábado
Cuando sacan el cuerpo del joven, los manifestantes forman una valla lúgubre que contrasta con la algarabía del día anterior, cuando todo fue una fiesta luego de que Zelaya puso un pie en su país.
Nunca vamos a aceptar un presidente nombrado por los militares, nunca uno nombrado por la Suprema Corte. En Honduras al presidente lo nombra el pueblo
, expresa Zelaya desde la frontera, pero no logra levantar el entusiasmo del día anterior.
El asesinato del muchacho, las detenciones y la incomunicación hacen estragos. Las provisiones de los hogares cercanos a los retenes hace rato se agotaron, y los partidarios de Zelaya no pueden recibir agua ni alimentos porque los múltiples retenes lo hacen imposible.
El grueso de los manifestantes se concentra en cuatro puntos que a lo largo del día se van vaciando, sea porque el hambre regresa a la gente a Tegucigalpa o porque decide emprender la difícil caminata.
En uno de esos puntos, El Arenal, permanece buena parte del día la familia de Manuel Zelaya. Ahí les llega el ofrecimiento del general Romeo Vázquez, autor del golpe de Estado, de proporcionarles un avión para que vayan a Nicaragua o al destino que prefieran. Sabemos que no hay necesidad de arriesgarse cuando la podemos mandar vía aérea
, subraya el general a CNN. Xiomara Castro se entera bajo la sombra de un árbol, a unos pasos de las filas de policías y soldados que le han impedido el paso durante 24 horas. Y califica la oferta de intento de expulsarla del país, como hicieron con su marido.
La familia y los seguidores de Zelaya no son los únicos en padecer el prolongado toque de queda. Miles de pobladores de la región se ven obligados a caminar distancias enormes. Los empresarios se quejan porque tuvieron que cerrar sus fábricas de puros y sus beneficios de café. En el retén de La Crucita, una mujer llora desconsolada porque no podrá llegar al entierro de su padre en El Paraíso.
No a Washington
A lo largo del día, las cadenas radiales favorables al golpe informan, con un tono de respiro, que Zelaya los dejará descansar porque ha sido citado
en Washington por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para el próximo martes.
Pero en una de las dos ocasiones que se acerca este día al punto fronterizo a saludar a sus simpatizantes, Zelaya afirma que no irá a Estados Unidos: Si alguien quiere hablar conmigo, que venga a Ocotal
.
El presidente vuelve a quejarse de las muy débiles
sanciones internacionales que mantienen en el poder a los golpistas, pero también avisa que no cruzará la frontera: No queremos ir a confrontar directamente a los grupos armados con el fin de que se haga un masacre. Ustedes saben que si me acerco y ellos me quieren capturar, la gente me va a defender y se va a armar una masacre
.
El gobierno de la paz
, del presidente de facto Roberto Micheletti, le hace saber que no anda tan errado. A través de una columna del diario El Heraldo, que busca ser jocosa, advierte: “La loca del pueblo dice que Mel (sobrenombre de Zelaya) tiene las horas contadas, porque si opone resistencia al arresto, será sometido por las fuerzas de seguridad y no precisamente con balas de goma”.
En mensaje a la nación, el presidente de facto, Roberto Micheletti, afirma que quien ha puesto en riesgo las vidas de hondureños es Zelaya.
Estamos evitando que se derrame sangre hondureña
, añade, al tiempo que felicita a la policía y al ejército por sus actuaciones en estos días y advierte: No permitiremos que estos abusos continúen
, en referencia al circo de televisión
de Zelaya en la frontera.
Micheletti machaca con que de atreverse a entrar al país, Zelaya será detenido, Eso sí, dice, por la policía y no por el ejército, porque así lo manda la Constitución, asegura Micheletti, quien olvida por un minuto que el 28 de junio pasado el presidente Manuel Zelaya fue detenido por el ejército.
En ese mismo ángulo dialogante, los autores del golpe de Estado celebran que el mundo comience a comprenderlos. He sentido que ahora están analizando el tema de una forma más madura y balanceando la situación
, comenta a la prensa local el ex presidente Ricardo Maduro, quien también ofrece la salida de un tercer hombre en el Ejecutivo para salir de la crisis política.
Entre quienes no requerían mucho para madurar
están los senadores estadunidenses republicanos, Tom Dime y Brian Bilbray, quienes son recibidos hoy en la Casa Presidencial, con el mismo bombo y platillo que Roberto Micheletti recibió hace unos días a Alejandro Peña Esclusa, un venezolano que dirige la organización continental UnoAmérica y que lo mismo es antichavista furibundo que enemigo de la oposición en su país, a la que considera estúpida por creer que Hugo Chávez puede dejar el poder de modo democrático (es decir, con elecciones).
Peña Esclusa fue recibido hace unos días por Micheletti cual dignatario internacional, y en los primeros días del golpe su imagen fue ampliamente difundida en la televisión hondureña, mediante un extenso espot que hacía un recuento de todos los males del chavismo.
Demonio de los golpistas, como él se califica, el presidente venezolano es también blanco de los dardos del cardenal Óscar Andrés Rodríguez (a quien Chávez también ataca con singular alegría).
Hoy la prensa hondureña recoge declaraciones del cardenal, quien lamenta que Manuel Zelaya haya pasado de ser un chico limpio y muy bueno
que pintaba para cura a un instrumento de Chávez, por quien decidió aplicar una estrategia basada en el odio de clases
.
Pero esta misma noche la aparente uniformidad de la jerarquía católica hondureña deja de serlo.
Alfonso Santos, obispo en el occidental departamento de Santa Rosa de Copán, admite en Radio Globo: Sí fue un golpe de Estado
. Luego se lanza, desde una transmisión en un templo, contra los medios que sólo presentan la visión de los ricos
. Y para completar le manda un mensaje a Manuel Zelaya: Le animo para que no venga a menos que levante el ánimo, porque los beneficios que él trajo a la gente pobre, Dios se los va a recompensar
.
Hace cincuenta años, el movimiento ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa fue víctima de una cruenta represión perpetrada por “un Estado corporativo como era el Estado priísta”. En esa misma línea, durante el muy lamentable sexenio de Ernesto Zedillo los ferrocarriles de este país fueron privatizados. Hoy, el sindicalismo mexicano le da la espalda a su antiguo prestigio con personajes como Elba Esther Gordillo y Carlos A. Romero Deschamps. El texto de Agustín Escobar que publicamos busca “recuperar la memoria histórica” y conmemora uno de los movimientos sociales más trascendentes de nuestra historia contemporánea. El número se completa con un cuento del premio Nobel de Literatura 2008, J.M.G. Le Clézio, una entrevista con el autor español Juan Goytisolo y un texto a la memoria de Ricardo Garibay, a diez años de su fallecimiento.
50 aniversario del movimiento ferrocarrilero
Agustín Escobar Ledesma
En marzo de este año se cumplió el 50 aniversario de la represión al movimiento ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo (1910-1985), trascendental suceso en la lucha por la democracia sindical. Para recuperar la memoria histórica de la huelga del gremio ferrocarrilero, realicé una serie de entrevistas a diversos actores sociales que participaron en aquel movimiento rielero, para el programa La flor del corazón. Voz de nuestra comunidad, que se transmite los sábados por Radio Universidad Autónoma de Querétaro.
Uno de los testimonios pertenece a Hugo Gutiérrez Vega, quien recuerda y describe al entrañable líder ferrocarrilero: “Demetrio Vallejo era un hombre sencillísimo; era un hombre de pueblo, un obrero, tenía facilidad de palabra, pero no pretendía utilizar palabras complicadas, hablaba con palabras llanas, lo entendían perfectamente sus compañeros, bondadosísimo y de un valor a toda prueba, sin hacer alarde de ese valor, con ideas clarísimas de lo que quería. Yo lo ubicaría en una izquierda democrática, porque su proyecto era democratizador del sindicato, pero su posición era obviamente de izquierda.”
ESQUIROLES INCUBADOS
Fundación del Sindicato Ferrocarrilero, STFRM, 1933. Foto: ciudadanosenred.com.mx |
En los sectores populares Demetrio Vallejo es recordado con admiración y cariño, sobre todo por los ferrocarrileros que participaron en aquella histórica huelga. Sin embargo, en una sociedad conservadora como la queretana, el movimiento encontró resistencias que incluso hoy en día se manifiestan. Por ejemplo, un jubilado que se desempeñó como empleado de confianza durante la huelga, apenas escuchó el nombre de Demetrio Vallejo se santiguó, se puso lívido, se exaltó y levantó el tono de voz para decir que era un tema del que ni valía la pena hablar. Amenazó con llamar a Radio uaq para que censuraran el programa de los ferrocarrileros.
Otro caso es el de un esquirol que dejó su testimonio en un exvoto fechado en 1927, año que coincide con la huelga de los rieleros pertenecientes a la Unión Mexicana de Mecánicos. Es muy probable que el trabajador perteneciera a la crom , porque, en aquella época, según el investigador Marcelo n . Rodea, esta central obrera era una ‘incubadora de esquiroles'.
En el exvoto, que se encuentra en el Museo de los Milagros situado en el semidesértico municipio de Colón, Querétaro, el esquirol agradece la intercesión divina por haberlo librado de los huelguistas que lo atacaron. La representación plástica del exvoto, ofrendado por Juan Esquivel a . a la Virgen de los Dolores de Soriano, ubica en primer plano un vagón y a un lado, entre nubes, la imagen de la Dolorosa. Debajo se ve a un hombre tirado entre las vías con la cabeza sangrante. En la parte inferior de la pinturita, el texto es por demás revelador: “Habiendo tenido que hir a trabajar al edo. de Veracruz, fui atacado por un grupo de huelguistas siendo atravesado de la cabeza habiendo sanado dedico el presente a Ntra. Sra. de los Dolores de Soriano por haberme sanado de tan grave peligro.” El exvoto está fechado el 20 de marzo de 1927 en la ciudad de Querétaro (cabe señalar que la chirriante sintaxis y la deplorable ortografía son responsabilidad del esquirol y la Secretaría de Educación Pública).
LOS MASS MEDIA
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L os periódicos de la época descalificaban peyorativamente a Demetrio Vallejo con el alias de el Charro rojo. La prensa, vendida, como siempre, además tachaba a los huelguistas de comunistoides, agiotistas y gángsteres; se daba vuelo llamándolos “resentidos por causas que no se han revelado” y, en el colmo de la manipulación mediática, los hacía pasar como “dueños de edificios, camionetas y cadillacs”.
Por supuesto que estamos hablando de una época en la que el estado era gobernado por Juan Crisóstomo Gorráez Maldonado, el macartismo estaba en su máximo esplendor y la cacería de brujas había aumentado sustancialmente, sobre todo por el triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959.
Los rieleros colocaron las banderas rojinegras del proletariado sobre los accesos de La Estación , paralizando el país en la Semana Santa de 1959, aunque poco les duró el gusto, porque el gobierno declaró inexistente la huelga y en menos de veinticuatro horas el ejército detuvo y encarceló al Charro rojo bajo el cargo de “traición al interés patrio”. Junto con Demetrio Vallejo fueron arrestados doscientos cuarenta y nueve líderes del movimiento ferrocarrilero a lo largo y a lo ancho de la República.
En Querétaro los soldados disolvieron la huelga a mentadas de madre y culatazos ,echándole el guante al Comité de Huelga integrado por Alfredo Patiño, Ricardo Manuel Hinojosa, Ricardo Buenrostro, Casimiro Perrusquía Trejo y Fabián Arroyo Díaz. En la edición del 30 de marzo de 1959 el periódico El Nacional cabeceaba en sus ocho columnas: “El gobierno advierte, de una vez por todas, que nada en contra de la ley será permitido.” Una vez más, quienes sólo contaban con su fuerza de trabajo quedaron sometidos al cabús de la sociedad.
JÓVENES PANISTAS
Si alguien estuvo cerca de Demetrio Vallejo y el movimiento ferrocarrilero fue el joven Hugo Gutiérrez Vega, quien en 1959 era líder nacional juvenil del Partido Acción Nacional, cuando este instituto político era encabezado por Adolfo Christlieb, Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna.
Detención de Demetrio Vallejo, 1959 Fotos: www.fte-energia.org |
Los jóvenes panistas de aquella época apoyaron al movimiento ferrocarrilero, lo que finalmente les costó la expulsión del pan , además de sufrir la persecución gubernamental y la cárcel, tal como lo recuerda Hugo Gutiérrez Vega: “Participé en grandes mítines a los que acudían miles de ferrocarrileros y sus familias. Me acuerdo mucho de uno realizado frente a Palacio Nacional en el que colocaron la tribuna al lado del asta bandera, y cuando me subieron a la tribuna para que hablara, volteo y veo una línea de ametralladoras frente a Palacio. Hablé, supongo que con la virulencia de costumbre, yo era vitriólico. De repente, al terminar de hablar, siento que me levantan y voy en hombros de la gente hasta la esquina de Pino Suárez, ahí cuatro ferrocarrileros me toman del brazo y me llevan a la estación de ferrocarril y me ponen en un tren a Mérida, porque había orden de aprehensión en contra mía. Llegando a Mérida, yo solo, me recibieron dos policías amabilísimos y me llevaron a la cárcel. Estuve tres días encerrado. Me sacó un diputado panista que había desobedecido al pan y había sido expulsado, Eduardo José Molina Castillo, que era miembro de la casta divina pero hombre muy decente. Él logró sacarme de la cárcel, donde las pulgas, que normalmente brincan, pues ahí no, ahí hacían caminitos. Vi unas manchas negras que se movían: eran pulgas, chinches, liendres. De la cárcel me llevó a un hotel que estaba a un lado del Teatro Fantastic, cerca de la plaza grande. Me esperaban dos ferrocarrileros, me dijeron: ‘Véngase con nosotros, ya hablamos con George Price' que era primer ministro de Belice, cuando todavía Belice pertenecía a la corona británica, pero el primer ministro era demócrata cristiano, relacionado con la izquierda cristiana chilena y con el copei de Venezuela. George Price les dijo a los ferrocarrileros que me recibía con todo gusto. Me llevaron en un automóvil a la frontera, que pasamos sin ningún problema. Estuve en Belice un mes hasta que me habló por teléfono Manuel Rodríguez Lapuente, que por los ferrocarrileros sabía en dónde estaba. Dijo: ‘Y puedes venir, el movimiento terminó, Demetrio y Valentín están en la cárcel.' Regresé a México y tuvimos una reunión en Mexicali con lo que quedaba de la resistencia ferrocarrilera, ya muy golpeada porque, en una noche, a las 5 de la mañana, el ejército había tomado las sedes de todas las delegaciones del sindicato en toda la República en una operación relámpago, pero quedaban pequeñas células de resistencia. Fui a la célula de Mexicali y caí otra vez al bote. Ahí sí fue muy feo porque hacía mucho calor, 50 grados a la sombra; estuve quince días en la cárcel. Me acuerdo que Antonio Pérez Alcocer fue muy amable conmigo y se ofreció a otorgarme un amparo si yo lo solicitaba, pero en esos días llegó la amnistía de Adolfo López Mateos; nos amnistió a Nacho Arreola, Carlos Pineda y a mí, entonces regresamos a México, ya amnistiado pero, claro, con problemas con la directiva del pan , problemas que derivaron en la renuncia obligada y nuevos contactos con los ferrocarrileros, porque quedaban pequeñas células de resistencia, Demetrio y Valentín estuvieron muchos años en Lecumberri.”
QUE CINCUENTA AÑOS NO ES NADA…
Entrevistado en la sala de su casa de Querétaro, ciudad de la que por cierto tuvo que salir huyendo de una enardecida y reaccionaria turba por haber rescatado de las manos del clero, en su breve período como rector de la uaq (1965), el antiguo Colegio Jesuita de San Ignacio de Loyola y antigua sede de la Parroquia Primada de Querétaro, después del cálido homenaje que le ofreció la Universidad Autónoma de Querétaro por sus primeros setenta y cinco años de vida, Hugo Gutiérrez Vega repasa a detalle cada uno de los momentos que vivió en aquellos agitados días, cuando él contaba veinticinco años de su edad.
“El último contacto que tuve con Demetrio y Valentín fue cuando salieron de Lecumberri. Fuimos un grupo a esperarlos; en esa ocasión le hicieron una entrevista de televisión en donde habló de la historia del movimiento. Ese testimonio es muy importante, porque Demetrio anunció el proyecto del gobierno de liquidar los ferrocarriles. Ya sabía Demetrio que Hank González y otros millonarios políticos habían comprado flotillas de tráileres para que dieran todo el servicio de transporte de mercancías y deprimieran hasta el extremo a los ferrocarriles. Ese fue el proyecto, manejaron el argumento de la incosteabilidad para privatizar y desaparecer los ferrocarriles desde aquel momento. Demetrio nunca fue del Partido Comunista; Valentín sí. Era uno de los principales y más limpios líderes del comunismo mexicano. Ambos coincidían en una serie de cosas respecto a la necesidad de acabar con el corporativismo y de liberar a los sindicalizados del peso de la opresión de la ctm , en eso coincidieron, por eso se unieron. Demetrio fue un hombre de izquierda democrática que en la cárcel se fue preparando, me consta que en la cárcel leyó a Gramsci; ya había leído algo de Marx, pero Gramsci era muy importante en la tesis del aparato de coherencia interna sobre todo. Demetrio aprovechó sus días en Lecumberri para afinar su posición ideológica, insistía muchísimo en su independencia, en su posición democrática, pero al mismo tiempo reconocía su inclinación a la izquierda. El movimiento de Vallejo tuvo para el sindicalismo más importancia de la que pensamos. Es el primer proyecto democratizador, existiendo todavía la ctm , en un Estado corporativo como era el Estado priísta en donde había una central obrera, una central campesina y ese magma inexplicable que era la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, en donde lo mismo cabían barras de abogados que organilleros. Ahí se dio cuenta Fidel Velázquez que la ctm empezaba a debilitarse en algunos aspectos, porque después vinieron los movimientos de los telefonistas y los petroleros. Todo esto lo echó a andar Vallejo, quien es visto a distancia como uno de los héroes, utilizando la palabra en su sentido más estricto, uno de los héroes de las luchas democratizadoras de México. Demetrio fue un hombre excepcional, yo pienso que todavía no lo valoramos lo suficiente. Lo ha hecho Elena Poniatowska, quien ha escrito buenas cosas sobre Demetrio, pero necesitaríamos hacer un estudio más profundo, analizando los discursos de sus intervenciones en reuniones sindicales, y tendría que escribirse una biografía de Demetrio. Sé que Elena tiene el propósito de ampliar sus impresiones sobre Demetrio y de hacer una biografía, ojalá, sería muy importante para el sindicalismo de este país una biografía rigurosa de Demetrio que incluyera una síntesis de su pensamiento.”
LA FLAQUEZA DEL OGRO FILANTRÓPICO
Ahora, a cincuenta años del movimiento ferrocarrilero, y después de quince de haber sido privatizado por Ernesto Zedillo Ponce de León, grandes sectores populares perdieron su capacidad de movilización, puesto que el ferrocarril representaba la única alternativa al alcance de sus precarios recursos económicos.
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Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
L'Aquila: entre la ausencia y el bostezo
¿A qué fue el presidente a Italia? Pues vaya, fue a hacer valer la imponencia de su discurso. A establecer su visión del mundo. A entregar a las naciones más ricas del orbe, que seguramente habrán estado desde la víspera con el Jesús en la trompa, la riqueza de sus opiniones y razonamientos. Felipe Calderón Hinojosa fue, por decir lo menos, a refrendar la trascendental importancia que en el concierto de las naciones deben tener seguramente sus propuestas: fue a poner en alto el nombre de México, creo en ti. En las conferencias de la ciudad italiana de L'Aquila, el grupo del G8 habría de quedarse con la bocota abierta ante la contundencia retórica del chaparrito pelón de lentes.
Qué, ¿no me cree usted?, pues vaya mucho entonces a la tierra de los inconformes sempiternos, los enemigos del progreso, los desdeñados del amor patrio y guadalupano y entienda de una buena vez que México es grande en el mundo, que su presidente es un líder de carisma seductor para sus colegas presidentes. Allí están, para certificar su grandeza, su elocuencia irresistible y la prístina brillantez de su pensamiento las crónicas, los reportajes, las escenas de Televisa, de tv Azteca, de algunos periódicos precursores de la honestidad y el sano nacionalismo y, claro, del sitio de internet de la Presidencia.
Pero, hay que decir también lo malo: hay un complot internacional en contra del hijo favorito y desobediente de Michoacán; he coincidido, por felices y personales circunstancias, con la comitiva mexicana en Europa. Prendo la tele en el hotel porque es cosa que francamente me quita el sueño y busco en España, en las televisoras italianas (no olvidemos que el presidente de Italia, Berlusconi, es un poco el Azcárraga de los Abruzos), en los programas alemanes y suizos y holandeses y… nada. Pero cómo. Ni una mención, ni una escena de las que se ven en México, ni una sola frase de su discurso. Sobre todo eso mismo: ni una escena de las que se ven en México, donde un Calderón templado se sube al podio con gallardía y serenidad y canta al planeta su mensaje de paz y progreso. Pinches europeos pichicatos: Y… ¿dónde está el presidente?
Pérate: ahí está, sí fue a las europas en gira de trabajo. Es ése que sale en la tele europea aunque fugazmente, en un paneo de cámara que dura exactamente 2.03 segundos, durante un noticioso de tv 1 Española, pero no, no puede ser, pero sí. La única escena en la que vemos a Calderón es cuando sale bostezando con una güeva inmarcesible, con lagrimita y todo. Pérate otra vez: ¿eso fue un cabeceo?, ¿y el presidente templado y firme?, ¡pero si ése que vemos está, como dicen los valencianos, despendolao!
¿Pero y el discurso, desgraciados?, ¿y su conmovedora propuesta del fondo verde para todas las naciones?, ¿y los aplausos a sus intervenciones, las ovaciones a su arrojo e inteligencia?
Nada. Cabrones. Nomás pasaron a Felipillo enseñando las amalgamas mientras se estiraba riquísimo, de ésos que se estiran y contagian el estiramiento, el bostezazo y la riquísima, muy mexicana y disfrutable güevita. Pinches europeos. Es un complot, como ya dije. Aunque no pudieron evitar que el presidente mexicano fuera fotografiado con cara de pedir favores junto al presidente estadunidense.
Pero del discurso mexicano, nada. Nada más que un largo y elocuente, silencioso bostezo. Eso y una ausencia ecuménica de los asuntos que realmente parecieron interesar al cónclave de poderosos reunidos en L'Aquila, y entonces uno no puede dejar de pensar que el presidente mexicano no fue solo, que nunca lo hace, que habrá arreado consigo un serrallo de lameculos y oportunistas que se dieron, se dan, se darán siempre la mejor de las vidas a expensas de nuestra pasividad y nuestra estupidez y nuestra ignorancia. Y también de nuestra indolencia y de nuestra pereza, esa como relajación de todo que impide cumplir o exigir cumplimientos, de ganas de hacer las cosas que el país necesita realmente y no porfiar en un sistema injusto, clientelar y elitista, pero qué flojera, oye, mejor un chabocho estirón y un bostezo y luego, como nuestro ínclito presidente, unos parpadeos de estupor, de decir ¿y yo qué chingados hago aquí si lo que quiero es irme a echar un coyotito?
A lo mejor es lo que falta nos hace, una siesta, desconectar del pinche mundo, aunque luego nos filmen jetones –o bostezando impúdicamente perdida la digna y protocolaria compostura. Aunque ahora que lo pienso no sería malo que los asesores del presidente le enseñen a bostezar con el chipo cerrado…