La incongruencia resta fuerza política al sol azteca, asevera
No me voy del PRD; espero cualquier decisión: AMLO
Debe llamar a la reflexión que Claudio X. González, quien es parte de la mafia del poder, diga que el partido es moderno, señala
Plantea a partidarios sentirse satisfechos porque se alcanzó el triunfo en Iztapalapa y debido a que PT y Convergencia conservarán el registro
No me voy del Partido de la Revolución Democrática (PRD)
, aseguró Andrés Manuel López Obrador un día después de que Jesús Ortega, presidente nacional del sol azteca, advirtió que están fuera quienes votaron por otros institutos o proyectos políticos.
Consideró que el triunfo del movimiento nacional que encabeza ayuda a todos, porque ya no se puede mantener o dirigir un partido sin autoridad moral
.
En la circunstancia en que se dieron las cosas el domingo pasado en los comicios intermedios, indicó el ex candidato presidencial, aún en el supuesto de que el PRD hubiese ganado (la jefatura delegacional de Iztapalapa), perdía en cuanto a autoridad moral, porque no es posible que una resolución del Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF), ordenada desde arriba, se acepte en un partido que nace para luchar en contra del fraude electoral y por la democracia
.
De manera que, entre más incongruencia hay en el PRD, menos fuerza política se tiene
, manifestó en entrevista, realizada en sus oficinas del gobierno legítimo
de México.
Transformar el país, meta principal
–Es decir, ¿Jesús Ortega se tiene que ir? –se le preguntó.
–No me meto en eso. Yo creo que hay que hacer una valoración de las posiciones políticas que se han adoptado. El hecho de que (el empresario) Claudio X. González diga que el PRD como está demuestra que es un partido moderno ya debería llamar a la reflexión, porque lo que es bueno para Claudio X. González, miembro de lo que llamo mafia del poder político en México, no puede ser bueno para el PRD.
–¿La depuración tiene que empezar allá (en el partido)?
–La verdad no me voy a meter en esa política. Ya fijé mi postura. No me voy del PRD y esperaría cualquier decisión que tomarán (allá), pero no voy a polemizar con eso.
Con lo anterior López Obrador refrendó lo que había anticipado en el discurso que emitió en Iztapalapa, cuando convocó a votar por el candidato petista, Rafael Acosta, Juanito, para que, en función de su triunfo y posterior renuncia, se plantee al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, proponga a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal nombrar en su lugar a Clara Brugada, despuesta por el TEPJF como la candidata perredista al cargo.
Esa ocasión, recordó, dije que de una vez adelantaba lo que consideré que podía venir
respecto de una posible expulsión del PRD, pero no me voy a desgastar en eso
, reiteró.
“Llevo ya tres años evitando hablar de asuntos internos de los partidos, porque tengo un objetivo, que es organizar el movimiento ciudadano amplio, plural, incluyente, donde hay militantes de los tres partidos del Frente Amplio Progresista –PRD, Partido del Trabajo (PT) y Convergencia–, y también muchos ciudadanos sin partido, para la transformación del país. Ése es mi objetivo principal, no me voy a salir de eso”, sostuvo.
López Obrador consideró que a los tres partidos de izquierda les fue bien en el proceso electoral.
Que los tres hayan obtenido cerca de 20 por ciento fue bueno en circunstancias muy difíciles; con una campaña de hostigamiento permanente hacia la izquierda, creo que el resultado es bueno. Recuerdo que en 2003 el PRD obtuvo 18 por ciento de los votos. Con Convergencia y PT aumentó a 22. Ahora 18-19; no veo que sea malo el resultado
, insistió el tabasqueño.
Destacó, sobre todo, que quienes forman parte del Movimiento nacional en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional deben sentirse satisfechos, porque se logró el propósito de mantener el registro de PT y Convergencia y se alcanzó el triunfo en Iztapalapa.
Resaltó su confianza en que en la próxima legislatura habrá muchos diputados que simpaticen con el movimiento.
Como dije en campaña, no aspirábamos a que fuesen muchos. Pocos pero efectivos. Dije que necesitábamos 30 porque considero que son 30 los integrantes de la mafia del poder en México. Entonces es uno a uno. Le vamos a encargar a ciertos diputados nuestros que den seguimiento uno a (Carlos) Salinas (de Gortari), uno a Roberto Hernández, otro a Claudio X. González, otro a (Felipe) Calderón, a (Vicente) Fox, a Elba Esther Gordillo, y así
.
El ex candidato presidencial se mostró satisfecho tras señalar que en esta elección intermedia se utilizaron los aparatos estatales y mucho dinero
para hacer ganar al tricolor, cuya votación, manifestó, no significa más que 17-18 por ciento del padrón electoral. Quiere decir que por cada cien, 17 votaron por el PRI
, afirmó.
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La derrota sufrida por las causas populares ocurrió mucho antes de las elecciones del domingo y fue la defección de la corriente que controla el aparato perredista nacional y su incorporación plena al proyecto oligárquico de preservación del poder.
Sin embargo, en la capital de la República, bastión de las izquierdas, la ciudadanía organizada que resiste los empeños privatizadores y corruptores logró colocar en puestos de elección a la mayor parte de sus candidatos afines, por fuera o por dentro del PRD. No se pudo en la Benito Juárez ni en la Miguel Hidalgo, y es de lamentar, pero en Iztapalapa se logró un triunfo sin precedentes: impedir que los partidos siguieran utilizando a la ciudadanía para los intereses de sus respectivos aparatos burocráticos y colocarlos al servicio de los ciudadanos.
El enjuague inmundo ensayado días antes de los comicios por los chuchos iztapalapenses, en connivencia con priístas, funcionarios del calderonato y magistrados sin gota de credibilidad ni de honradez, parecía inexpugnable: buscaban presentar el nombre de una candidata como anzuelo en la boleta electoral para que los votantes lo marcaran y endosaran su triunfo, sin saberlo, a la candidatura rival. La respuesta a esa trampa de manipulación de la voluntad ciudadana tenía que ser necesariamente alambicada: explicar casa por casa que Clara Brugada no era la candidata perredista y que sufragar por ella era darle el triunfo a una señora chucha inventada en el tribunal electoral; al mismo tiempo, volcar al movimiento en apoyo al aspirante de otro partido, éste sí comprometido con la ciudadanía, y con el compromiso de su dimisión posterior al triunfo, abrir la posibilidad de que la mayoría de los iztapalapenses tengan a la jefa delegacional que querían tener. Ladren lo que ladren, en esa demarcación del oriente capitalino se llevó a cabo una restauración de la democracia.
Y se hizo algo más: se estableció un precedente para que, en lo sucesivo, partidos y candidatos aprendan a obedecer a sus jefes legítimos, que son los ciudadanos. Se demostró que la lealtad de los votantes no tiene por qué estar amarrada a siglas, sino que está anclada en causas y, con ello, se abrió la posibilidad de disuadir a los grupos de interés, las capillas empresariales y otras mafias de que sigan traficando con candidaturas e intercambiándoselas, como si fueran estampitas de álbum, en función de sus negociaciones inconfesables.
El corolario inevitable es que los movimientos ciudadanos progresistas no tienen partido, y eso no es una buena noticia en ninguna circunstancia, tanto si hay comicios presidenciales en 2012 como si no: a juzgar por precedentes, Calderón y sus amigos tienen, de aquí a entonces, tiempo sobrado para acabar de descuadernar al país. Pero ojalá que no lo consigan.
antipolíticapara calificar las críticas al funcionamiento real de todos los partidos. A primera vista me pareció cuestionable el reduccionismo presente en la descalificación, el cual se lleva al extremo de ubicarlo como
antidemocracia representativa. El asunto toma dimensiones preocupantes cuando leo a otro analista opuesto al chavismo en Venezuela, quien establece paralelismos entre los críticos a las prácticas de la democracia que implica a las elecciones y aquellos que postulan el complemento de la democracia participativa que entrañan los plebiscitos y referendos, y se concluye llamando a todo ello
antipolítica.
En primer lugar, no aceptar que la democracia representativa se convierta en continente y contenido de la democracia plena no convierte a nadie en enemigo de la democracia ni le causa propensión al autoritarismo. En la ya lejana mesa de San Andrés Larráinzar, en Chiapas, se debatió ampliamente sobre la necesidad de buscar la coexistencia de la democracia representativa con la participativa o directa o comunitaria. Hubo quienes pensaban que el voto a mano alzada
, como llamaban a las asambleas comunitarias, significaba un retroceso para la democracia, decían, que tanto trabajo nos ha costado
.
El asunto no se agota en el ámbito de las formas propias de organización social y política de los pueblos indígenas, porque es una amplia demanda de la ciudadanía la inclusión, por ejemplo, del plebiscito, referendo e iniciativa popular que gran cantidad de países han establecido.
El desvarío de la calificación de antipolítica
tiene además otros sesgos. Uno, que es paradójico y en el que nadie repara, es que los seguidores y promotores del voto nulo están utilizando los mecanismos de la democracia representativa al acudir a las urnas y votar, o no votar, como ellos decidan. La cerrazón de la clase política es tal que ahora resulta que sólo es políticamente correcto si votas por un partido, y no dan cuenta que este movimiento, el del voto nulo, algo debería indicarles acerca de la profunda crisis que sus prácticas han generado en la legitimidad de sus instituciones. Lo que resulta evidente es que la abstención no les incomoda, para eso han cuidado que las normas electorales la conviertan en irrelevante.
Otra idea sumamente peligrosa que subyace en la intolerancia de los defensores de la vía electoral, per se y más allá de sus prácticas, es que están acercando los extremos de sus críticos con las vías no pacíficas. Lo grave de estas lecturas y mensajes es que profundizan la distancia con los movimientos sociales esencialmente pacíficos, que deberían ser aliados, en especial de los partidos considerados de izquierda en su amplia gama, que en ocasiones con justeza se afirma que han perdido tal característica.
No parece casual que a diferencia de sus primeros días, ahora el PRD no tenga, como entonces, una activa comisión de derechos humanos.
Es increíble que inclusive el Banco Mundial, en su Indicador de gobernabilidad global 2009, reprobó a nuestro país en cuatro de los seis índices que lo forman: estabilidad política y ausencia de violencia, estado de derecho, rendición de cuentas y participación ciudadana y control de corrupción. Sólo lo aprobó con un margen escaso en calidad regulatoria, calidad de la burocracia y efectividad de gobierno. Cualquier cosa que esta calificacion signifique (Reforma, 30/6/09); ya ni qué decir de los auténticos indicadores de la crisis, como sería el caso del desempleo, entre otros.
No parece muy promisoria la composición que se perfila en el Congreso, así que seguramente será el camino de la movilización social el que deba transitarse para impedir las reformas que vienen, en especial la del IVA a medicinas y alimentos, en la que de nuevo se insiste antes que gravar seriamente al capital y detener la tentación de las alianzas de las y los legisladores ajenos formalmente al PRIAN, pero en ocasiones proclives a mostrar su vocacion de poder como le llaman y dar la espalda a los sectores mayoritarios afectados por la profunda desigualdad.
Así, después de la jornada electoral deberían seguir los balances no solamente de cara a 2012, sino al proyecto de nación que se enarbola. Ojalá que ésta sea la tónica y no el ajuste de cuentas. No podemos seguir sólo atados a coyunturas y periodos electorales. Y remarco, sólo a ellas, no sin ellas, para que no se siga con el camino de la llamada antipolítica. Al contrario, cuando los resultados electorales queden firmes ya se verá qué mensajes mandó la ciudadanía, incluida la anulación del voto.
Ojalá se tenga esa apertura y se tomen decisiones en consecuencia, sobre todo insistiría desde la aspiración de izquierda, porque de consolidarse el bipartidismo del PRIAN nos ubicaríamos en una lógica abiertamente regresiva.
Pide abrir un periodo de reflexión crítica sobre las causas internas y externas de la debacle
Confía en que con su salida se reconstruyan puentes entre adversarios políticos
La decisión fue dada a conocer tras una reunión con el presidente Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota
Frente a la derrota electoral que sufrió el Partido Acción Nacional (PAN) en los comicios del pasado domingo, Germán Martínez anunció ayer su decisión de renunciar a la presidencia de este organismo político, en una acción inédita en la historia moderna del blanquiazul.
Poco antes de asumir completamente
la responsabilidad por los magros resultados del 5 de julio, reconoció que éstos fueron adversos y resaltó que muchos pueden ser los motivos de la derrota, por lo que se debe abrir un periodo de reflexión crítica sobre las causas internas y algunos desempeños externos que nos orillaron
a esta situación.
Visiblemente apesadumbrado y con una mueca nerviosa que buscaba ser sonrisa, el michoacano manifestó su confianza en que su renuncia sirva para reconstruir puentes entre adversarios políticos y acuerdos legislativos, con lo que aludió al rechazo y al enojo que su actuación provocó entre los priístas durante la campaña, y que le valió que la dirigente del tricolor, Beatriz Paredes, lo calificara de muchacho pendenciero
.
Martínez Cázares dio a conocer su decisión ayer por la tarde, luego de una larga reunión que sostuvo con el presidente Felipe Calderón en la residencia oficial de Los Pinos, para analizar los resultados de la contienda electoral y sus causas, encuentro en el que también estuvo Josefina Vázquez Mota, coordinadora de la campaña panista.
Mientras se desarrollaba el cónclave en Los Pinos, en corrillos del blanquiazul se hablaba con insistencia de la salida del dirigente nacional, y una y otra vez se hacía referencia a las equivocaciones del presidente del panismo. Militantes que pidieron no ser citados confiaron en que la caída en las preferencias electorales debe atribuirse a los errores propios y no a que la estrategia priísta haya sido exitosa.
Entre las equivocaciones que enumeraron resalta la imposición de más de 70 por ciento de los candidatos a diputados, la división que esto provocó y la utilización de una estratagema publicitaria basada en la descalificación, que se atribuyó a los consejos del publicista de origen español naturalizado mexicano Antonio Solá.
En este contexto, Germán Martínez anunció poco antes de las siete de la noche su decisión de renunciar a la presidencia del PAN, y lo hizo acompañado del secretario general, Rogelio Carbajal; del coordinador de Proyectos Especiales, Juan Ignacio Zavala, y del representante del blanquiazul ante el Instituto Federal Electoral, Roberto Gil. Todos ellos son integrantes de su equipo cercano y con responsabilidades específicas en la campaña electoral. Su esposa, Margarita Garmendia, también estuvo presente.
En su discurso, el michoacano trató de que la culpa de la derrota no recayera en el presidente Felipe Calderón, como acusan integrantes de la oposición y del propio PAN, al señalar que son su responsabilidad todos y cada uno de los resultados.
Recordó que al inicio del proceso comicial fijó una meta y que trabajó intensamente para alcanzarla, pero reconoció que su gestión no alcanzó el éxito esperado en la conducción del esfuerzo generoso de los panistas
, y tampoco fue posible convertir de manera legítima y democrática la aprobación que tiene el presidente Felipe Calderón entre los ciudadanos, en confianza para los candidatos del PAN
.
Martínez expuso que siempre tuvo claro que de no lograrse esa meta, en la persona del presidente nacional recaerían la consecuencias, para luego anunciar su renuncia, pues la derrota es el momento más claro para demostrar que en Acción Nacional hay dignidad, ética de la responsabilidad y cultura de la dimisión
.
En un auditorio de la sede nacional panista, Germán Martínez informó que, de acuerdo con los estatutos generales de su partido, convocará a una sesión del Consejo Nacional para elegir en un plazo de 30 días un nuevo presidente, para lo cual citó ya al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) para preparar la convocatoria y la reunión de los consejeros.
En los días que quedan de su gestión informó que se abocará a preparar de manera ordenada el proceso de sucesión interna, y también defenderá en todas las instancias legales los triunfos obtenidos. No abandonaré ni dejaré sin apoyo uno solo de nuestros triunfos, por pequeño que parezca
, resaltó.
Martínez Cázares llegó a la presidencia del PAN el 8 de diciembre de 2007, luego de un proceso en el que ningún otro panista contendió. Es militante del blanquiazul desde 1988, donde ha ocupado diversos cargos, entre los que destacan el de secretario de Estudios, representante ante el IFE y director de la Fundación Rafael Preciado. Además, ha sido diputado federal en dos ocasiones.
Toda su carrera política la ha hecho al lado de su paisano Felipe Calderón, quien al llegar a la Presidencia de la República lo nombró secretario de la Función Pública, puesto al que renunció para buscar la dirigencia de Acción Nacional.
Desde el inicio de su gestión fue cuestionado por los bajos resultados electorales que tuvo en 2008. Una vez iniciado el proceso comicial de 2009, puso en marcha una estrategia que buscó desacreditar al PRI, acusándolo de no querer respaldar a Calderón en su lucha contra el narcotráfico, por no aprobar de inmediato las iniciativas del Ejecutivo en la materia. También se enfrasco en una campaña publicitaria en la que se señalaba al tricolor como promotor de la corrupción y las crisis económicas que había vivido el país. No se olvida la famosa sopa de letras, juego que buscaba relacionar a figuras del priísmo con hechos lamentables del pasado.
Hace seis años, cuando el ex dirigente del PAN Luis Felipe Bravo Mena sufrió una derrota electoral que hizo perder a su partido más de 50 diputaciones, Germán Martínez le exigió que actuara como todo general romano, que al ser vencido se suicidaba en el campo de batalla. Es decir, le demandó que presentara su renuncia por los malos resultados.
Ayer, Germán Martínez se aplicó la tradición romana y entregó su cabeza.