■ Es la número 18 del año; el litro del diesel aumenta 5 centavos, la Premium 4 y la Magna 3
Suben precios de combustibles por tercera vez en una semana
■ Por el impuesto especial sobre producción y servicios se encarece 53% la gasolina de más consumo en el país
■ Los incrementos rebasan la proyección de la inflación, prevista en 6%
Por tercera ocasión en esta semana, el gobierno federal determinó la aplicación de un nuevo aumento a los combustibles a partir de las primeras horas de este lunes. Como ya es costumbre, el incremento número 18 en lo que va del año se realiza sin previo aviso al público. Así, a partir del 8 de septiembre de este año aumenta el precio del diesel 5 centavos, la gasolina Premium cuatro y la Magna tres centavos por litro.
Con este nuevo aumento, el precio de la gasolina Magna, la de mayor consumo en el país, será a partir de este lunes de 7.38 pesos, la Premium, 9.21 y el diesel, combustible utilizado por el 80 por ciento del autotransporte de carga y pasajeros se venderá a 6.58 pesos, según informó a los propietarios de estaciones de servicio la Gerencia de Políticas y Desarrollo Comercial de Pemex Refinación.
En estos nuevos precios se incluye el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) en las gasolinas Magna, Premium y diesel. El origen de los incremento en combustibles por IEPS e inflación es el siguiente: En la Magna 53 por ciento corresponde a IEPS y 47 por ciento a inflación. En la Premium 50 por ciento corresponden a inflación y 50 por ciento a IEPS y en el Diesel el 75 por ciento es por inflación y 25 por ciento por concepto de IEPS.
De esta manera, los incrementos a los combustibles decretados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los nueve meses de este año ya superan la proyección de la inflación anunciada por el Banco de México de 6 por ciento para 2008. De enero a la primera semana de septiembre del presente año, el diesel ha registrado un aumento de 10.96 por ciento, mientras que la Magna y Premium tiene incrementos de 5.27 y 5.49 por ciento, respectivamente, cuando todavía faltan cuatro meses para concluir el año.
Entre enero y principios de agosto, la última información disponible del Banco de México, la inflación fue de 2.60 por ciento.
Ahora, si se comparan los incrementos de precios en los 21 meses que lleva la administración del presidente, Felipe Calderón se observa que los precios de los combustibles han superado por mucho la inflación general acumulada en ese periodo de 6.46 por ciento. De diciembbre de 2006 al 8 de septiembre los precios de la gasolina Magna han aumentado 9.5 por ciento; la Premium 11.09 y el diesel 15.4 por ciento.
Para un propietario de un automóvil compacto, que al inicio de la administración de Calderón Hinojosa, llenaba su tanque de 40 litros con 269.6 pesos, ahora a partir de las primeras horas del lunes deberá desembolsar 295.2 pesos, es decir, un incremento de 25.20 pesos por tanque.
En tanto, que para el propietario de un automóvil último modelo, que ya intregra tecnología más sofisticada en los motores y por ello requieren de combustibles más ecológicos, como la gasolina Premium, el costo es mayor. Por ejemplo, un auto con un tanque con capacidad de 50 litros pagaba en diciembre de 2006, 414.50 pesos por tanque y ahora deberá desembolsar 460.50 pesos, un aumento de 46 pesos.
Pablo González Córdova, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), comentó que con estos incrementos de precios continúa la tendencia de abatir el rezago en el prcio del diesel, en relación con la Magna es de 80 centavos por litro y representa una difetrencia de 12.5 por ciento. Mientras que la gasolina Premium sigue aumentando el diferencial de precio en relación con la Magna, que es de 1.83 pesos, equivalente a 24.7 por ciento, sitaución que ha repercutido en una caída en las ventas de las gasolinas menos contaminantes.
La Amegas estima que la baja en la venta de gasolina Premium ha sido de 6 puntos porcentuales al descender de una participación de mercado de 14 por ciento a solamente ocho por ciento, con el consecuente deterioro del medio ambiente, porque muchos automovilistas para ahorrar prefieren llenar sus tanques con gasolina Magna, pese a que las especificaciones de los autos último modelo establecen el uso de gasolinas con menor contenido de plomo.
El presidente de Amegas aseveró: “Ha faltado un pronunciamiento de la Secretaría de Hacienda que informe al público en general las proyecciones en los incrementos que tanto malestar causan al consumidor”.
Por su parte, analistas financieros estimaron que el precio de los combustibles en México podrían elevarse al menos en 50 centavos por litro en lo que resta del año.
Arturo Vieyra Fernández, experto del grupo financiero Banamex, señaló que la intención del gobierno federal será abatir la brecha entre el precio de las gasolinas estadunidenses y las de consumo local, que actualmente es de 38 por ciento.
Distribuidores y el BdeM anticipan más alzas
De acuerdo con las previsiones extraoficiales de Banamex, al finalizar el año, el precio de la gasolina Magna, la de mayor consumo en México, será de alrededor de 7.85 pesos, la Premium llegará a 9.68 y el diesel a 7.03 pesos por litro, respectivamente. Esto de mantenerse un deslizamiento de 15 centavos en promedio cada mes y considerando una inflación de 5.5 por ciento.
Sin embargo, los empresarios gasolineros estiman que los precios de los combustibles serán mayores y advirtieron al público consumidor que es muy probable que los futuros incrementos decretados por el gobierno sean aplicados cada fin de semana.
Pablo González señaló que al parecer la intención de las autoridades de la Secretaría de Hacienda será homologar lo más posible el precio de Diesel contra el precio en Estados Unidos. Recordó que en aquel país el Diesel tiene un precio de alrededor de 9 pesos por litro mientras que en México será a partir de este lunes de 6.58 pesos por litro.
“En Estados Unidos el Diesel es más caro que las gasolinas y al parecer en México lo que se pretende es igualar el precio de este combustible con el de las gasolinas”, comentó el dirigente empresarial.
El pasado mes de agosto, se registraron cinco incrementos a los combustibles y apenas inició septiembre y ya van tres aumentos.
En tanto, Vieyra Fernández analista financiero, indicó que la finalidad será reducir el monto de los subsidios que el gobierno otorga a los consumidores, inicialmente previsto en unos 200 mil millones de pesos anuales y por ello, no se volverán a observar en un futuro este monto de subvenciones históricas.
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El gobierno federal determinó aplicar un nuevo aumento –el tercero en una semana y el número 18 en lo que va del año– a los precios de los combustibles, que entrará en vigor en las primeras horas de mañana: de esta manera, el costo del diesel se incrementará en 5 centavos, y los de las gasolinas Magna y Premium lo harán en 3 y 4 centavos por litro, respectivamente. De esta manera, los incrementos en los tres combustibles en lo que va del año –10.96 por ciento en el caso del diesel, 5.27 por ciento para la gasolina Magna y 5. 49 por ciento para la Premium– superan el porcentaje de la inflación acumulada de enero a julio de 2008 –el último dato disponible–, que es de 2.6 por ciento, y prácticamente rebasan la inflación anual, de 5.39 por ciento.
Por principio de cuentas, resultan cuestionables las razones con base en las cuales se defiende la aplicación de estas alzas. La actual administración ha calificado esta política de “ajuste gradual” de los precios de las gasolinas y el diesel como “necesaria”, dado el enorme gasto que representa subsidiar los grandes volúmenes de combustibles que se importan –alrededor de 200 mil millones de pesos, de acuerdo con cifras del gobierno federal–. Tal argumento, sin embargo, acusa una distorsión en el enfoque por parte de las autoridades: la principal razón del déficit de oferta nacional de los combustibles –situación paradójica en un país abundante en hidrocarburos– es la falta de recursos para la construcción y operación de refinerías. Esta circunstancia, a su vez, ha sido empleada para defender la intención de trasladar a manos privadas, por medio de una reforma al estatuto legal de Petróleos Mexicanos, los filones más redituables de la industria petrolera nacional, entre ellos el de la refinación. Sin embargo, como lo ha revelado un estudio reciente elaborado por Banamex, bastaría con eliminar el asfixiante régimen fiscal que pesa sobre la paraestatal para que ésta se colocara, en términos de rentabilidad, por encima de las mayores compañías energéticas del mundo, y para que contara, por ende, con los recursos económicos necesarios para financiar la construcción de nuevas refinerías y frenar, en esa medida, la creciente importación de gasolinas extranjeras.
Adicionalmente, el hecho de que el gobierno no haya anunciado ninguno de los 18 gasolinazos de este año es fiel reflejo de la inexistencia de una cultura mínima de transparencia por parte de las autoridades para con la población, y deja la impresión inevitable de que el destino del país se maneja con decisiones arbitrarias y unilaterales, que para colmo lastiman la economía popular. Significativamente, el diesel –combustible que ha sufrido mayor incremento en este año, casi de 11 por ciento– es utilizado por 80 por ciento del transporte de carga y pasajeros, lo que hace suponer que serán los consumidores finales de productos y servicios quienes acabarán por absorber los aumentos decretados.
Por último, no debe pasarse por alto el hecho de que la mitad de las nuevas alzas en los precios de las gasolinas, y un 25 por ciento en el caso del diesel, corresponde al impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS). Esto pone en evidencia que se están usando estos incrementos con fines recaudatorios, aun cuando en materia de impuestos el gobierno federal no se manda solo y, hasta ahora, no está claro si ha habido autorización por parte de la Cámara de Diputados –instancia encargada de aprobar las modificaciones a los impuestos– con respecto a estos incrementos y su origen. En suma, en el manejo de la política de precios de los combustibles, como en tantos otros casos, el signo de la administración calderonista ha sido la opacidad.