19 de noviembre de 2008

DIFUNDIENDO LA LUCHA DEL MAGISTERIO POBLANO:

El contingente de los opositores a la ACE en las proximidades de Casa Aguayo


Demuestra marcha que la oposición a Elba Esther Gordillo aumenta en Puebla


La movilización de los maestros paralizó el tráfico vehicular en la zona nororiente de la ciudad por más de cinco horas, ya que de acuerdo con los organizadores fueron entre 30 y 35 mil los profesores que se manifestaron / Foto José Castañares
M. CAMACHO Y J. PUGA

Pese a las amenazas de recortes salariales y descalificaciones de las autoridades estatales, miles de maestros de todo el estado marcharon ayer para exigir la cancelación de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), así como la destitución de los secretarios generales de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Eric Lara y Cirilo Salas Hernández, respectivamente.

Tras la protesta, los dirigentes del Consejo Democrático Magisterial Poblano (CDMP) se fueron de Casa Aguayo, sede del Poder Ejecutivo local, con la promesa de que serían recibidos este viernes por el mandatario Mario Marín, quien ayer desairó la mesa de diálogo que le ofrecieron los profesores y prefirió realizar una gira de trabajo por la capital poblana.

Sin embargo, ante la fuerza de la movilización, que sumó entre 33 y 35 mil docentes, la negativa de los disidentes a participar en los foros de análisis a los que llamó la Secretaría de Educación Pública para modificar el contenido de la ACE y la advertencia de que establecerían un plantón indefinido, el gobierno del estado a flexibilizó su postura, pues en un principio ni el secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, quiso dialogar con ellos.

Por la noche, al cierre de esta edición, los mentores convocaron a una asamblea en la sede de la sección 23 del SNTE, ubicada en la colonia Gonzalo Bautista, en la que podría haberse aprobado la convocatoria para realizar el Congreso Ordinario de Bases, donde pretendían elegir a los nuevos líderes sindicales de Puebla en sustitución de Lara y Salas.

De acuerdo con estimaciones de los organizadores, la manifestación de este martes superó en tamaño la marcha realizada el pasado 23 de septiembre, en la cual participaron 10 mil docentes, e igualó la efectuada el 16 de octubre, en la que salieron a las calles cerca de 30 mil profesores.

La movilización paralizó el tráfico vehicular en la zona nororiente de la ciudad por más de cinco horas; sin embargo, las autoridades estatales y el ala oficial del sindicato minimizaron la cifra y aseguraron que sólo se congregaron “entre 8 mil y 10 mil personas”.

Según los reportes de Tránsito Municipal, la marcha se conformó por cinco contingentes que partieron a las 10 de la mañana de diversos puntos de la ciudad: estadio Cuauhtémoc; mercado Independencia, localizado en la prolongación de la avenida 11 Sur y 117 Poniente; Instituto Normal del estado, ubicado en el bulevar Hermanos Serdán; la avenida Reforma, y en la intersección de la calle 16 de Septiembre y la avenida Margaritas.

El contingente más numeroso salió del estadio Cuauhtémoc, y estuvo conformado por unas 17 mil personas, quienes en menos de una hora cubrieron toda la calzada Ignacio Zaragoza, desde el mercado del mismo nombre, en la colonia Naciones Unidas, hasta el mausoleo a Zaragoza, en el cerro de Loreto.

Los manifestantes portaban pancartas y mantas en las que se podían leer consignas en contra de la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, de quien crearon diversas imágenes: una Elba Esther zoomorfa con apariencia de rata; una Elba Esther vampiro con sed de sangre y una Elba Esther diabólica, caracterizada como el muñeco “Chucky”.

“Sacaremos a Elba Esther del sindicato, sacaremos a Elba Esther del sindicato, sacaremos a Elba Esther del sindicato, del sindicato sacaremos a Elba Esther”, cantaban en coro los maestros, mientras recorrían la calzada Zaragoza y el bulevar Héroes del 5 de Mayo.

El ambiente se tensó cuando el contingente se ubicaba a seis cuadras de Casa Aguayo, a la altura del hospital San José del IMSS: en el lugar, los dirigentes de la marcha alertaron a los docentes, a través de los altavoces, de la presencia de “infiltrados” que intentaban “reventar el movimiento” con la entrega de volantes en los que se anunciaba la reanudación del diálogo entre el Consejo Democrático Magisterial Poblano y la dirigencia nacional del SNTE.

“Maestros, tenemos que tener cuidado, no permitamos que nos engañen, nunca aceptaremos negociar con esos charros, así que ya saben qué hacer si se encuentran a uno de esos que anda repartiendo los volantes”, señaló una de las organizadoras.

Los “infiltrados” fueron identificados 20 minutos más tarde, frente al monumento a los Fundadores de Puebla, ubicado a un costado de la iglesia de San Francisco. El pitazo lo dio una de las maestras que tenía en su poder el altavoz: “ahí están los charros”, gritó.

En respuesta, cerca de 30 docentes del CDMP se encaminaron hacia los señalados para expulsarlos de la manifestación; lo que parecía un inminente enfrentamiento violento fue impedido por otro grupo de mentores, quienes detuvieron a los maestros que ya se habían alistado para encarar a los volanteros.

A las 12:20 horas, los cinco contingentes se concentraron en la intersección del bulevar Héroes del 5 de Mayo y la avenida 14 Oriente. Dirigidos por un jinete que montaba a caballo, comenzaron a subir la pendiente que conduce a Casa Aguayo, la cual era resguardada por medio centenar de granaderos y 20 elementos de la Policía Metropolitana, quienes portaban palos de madera como única arma.

Frente a la sede del Poder Ejecutivo local se instalaron los 30 mil maestros, atestando la prolongación de la 14 Oriente, el jardín trasero del Centro de Convenciones y el mercado El Alto. Desde una camioneta, María del Carmen López Hernández, quien es una de las dirigentes del movimiento, exigió al gobernador atender su petición de diálogo.

“No dialogamos con gatos

A pesar de que una comisión de 10 integrantes del CDMP había recibido la promesa de que serían recibidos personalmente por Mario Marín Torres, tras varias horas de espera salió el subsecretario de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación, Francisco Diaz Gil, a informarles a los profesores que el gobernador no los recibiría “porque anda de gira”.

Entre gritos y mentadas de madre, los disidentes salieron de Casa Aguayo para dar a conocer la respuesta del gobierno estatal, lo que provocó que endurecieran su postura. “Venimos a hablar con el gobernador, no con un pinche gato”, dijeron los profesores que rechazaron la oferta de diálogo que les hizo Díaz Gil.

Algunos profesores, enardecidos por la negativa, comenzaron a arrojar comida, refrescos y agua a los más de 250 policías que resguardaban el inmueble y que sólo esperaban una orden para contraatacar a los maestros, algunos de los cuales, reconocieron abiertamente que intentaban provocar a los policías para agudizar el conflicto, ante la falta de soluciones por parte de la administración local.

Los agentes, apoyados por grupos especiales de reacción de la Policía Municipal, se mantuvieron custodiando el edificio y no agredieron a ningún profesor; los gritos y las consignas arreciaron: “¡Marín, borracho; ahí viene Lydia Cacho!”; “¡Ay ya, Marín, da respuesta o tomaremos la estafeta!”; “¡Marín, gallina, sal de tu oficina!”.

Luego vino el anuncio de que la manifestación arreciaría y se estaba organizando establecer un plantón indefinido, cuando fue el secretario de Gobernación, Mario Montero Serrano, mandó a unos empleados a decirles que siempre sí los recibiría. Y así fue: los disidentes se fueron con la promesa de que este viernes serían recibidos por el gobernador poblano.

“No es una invitación del gobierno del estado, es una orden de Elba Esther Gordillo para que nos sentemos a dialogar con su gente. Desde hace tiempo no hemos considerado eso viable. Los maestros ya no vamos a obedecer al charrismo. Lo tendremos que desestimar, pero la asamblea tiene la última palabra”, afirmó Miguel Guerra, vocero del Consejo Democrático Magisterial Poblano.

Paradójicamente, Mario Marín estaba a sólo unos 500 metros de donde se realizaba la protesta, en la explanada del Auditorio de la Reforma, en la zona de Los Fuertes. Mientras el numeroso contingente buscaba soluciones a sus demandas, y miles de ciudadanos de la capital buscaban una solución al severo congestionamiento vial provocado por la marcha, el gobernador, sin problema o preocupación alguna les recordaba a los presidentes de juntas auxiliares, inspectores y presidentes de colonias de la capital su condición de pobres y que gracias a su gobierno, no estarán más en el abandono.