II. Tres mitos sobre los salarios de los trabajadores de México, por José Antonio Almazán González
CONVOCA DIPUTADO ELECTRICISTA A FORO EN DEFENSA DEL SALARIO
Como consecuencia de la política económica neoliberal que se ha aplicado en el país en los últimos 25 años, el poder adquisitivo del salario ha disminuido severamente. El alza de los precios a los productos básicos en México se ha reflejado en el costo de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR), la cual ha aumentado en los nueve meses del gobierno de facto de Felipe Calderón en 24.57%, de acuerdo a cálculos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM. Asimismo, los trabajadores que ganan el salario mínimo solamente pueden adquirir 50.2% de esta Canasta Básica, en virtud de que el salario mínimo diario es de $50.56 en promedio, y el precio diario de la CAR es de $100.69, lo que muestra que el nivel de pobreza de nuestro país sigue creciendo.
Con el objeto de hacer un minucioso diagnóstico de este problema y en el marco de la campaña contra una nueva escalada de precios y de ataque a los salarios, tal como se prevé suceda a partir del próximo mes de enero, a iniciativa del diputado José Antonio Almazán, representante de los trabajadores electricistas en el Poder Legislativo, se ha organizado el Foro de Análisis de la Situación del Salario Mínimo General, a fin de evaluar su nivel de compra y su futuro, de seguirse aplicando las políticas neoliberales en México.
Este foro se va a llevar a cabo el 10 de diciembre del presente, en el Patio Sur de la Cámara de Diputados, de 10:00 a las 18:00 horas, bajo el siguiente programa:
Lunes 10 de diciembre
10 a 10:30 horas. Registro de compañeros participantes
11:00 horas: Palabras de bienvenida, análisis del contexto salarial por el diputado José Antonio Almazán González.
11:30 horas: Ponencia a cargo del C. Mario Di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública del gobierno legitimo de México.
12:00 horas: Ponencia a cargo de Martín Esparza Flores, secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas.
12:30 horas: Ponencia a cargo de Agustín Rodríguez, secretario general del STUNAM.
13:00 Sesión de preguntas y respuestas
14:00 horas: receso de 30 minutos
14:30 horas: Ponencia a cargo del Dr. Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México.
15:00 horas: Ponencia a cargo de Carlos Fernández Vega, columnista del periódico La Jornada
15:30 horas: Ponencia a cargo del profesor Luis Lozano Arredondo, coordinador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.
16:00 horas: Ponencia a cargo del diputado Juan Carlos Velasco Pérez
16:30 horas: Ponencia a cargo de Rodolfo Pérez Ruiz, asesor del CILAS
17:00 horas: Ponencia a cargo del diputado José Antonio Almazán González.
17:30 horas: Conclusiones y palabras de clausura por el diputado Almazán.
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TRES MITOS SOBRE LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES DE MÉXICO
por José Antonio Almazán González
A manera de introducción
Desde el año de 1982 que se aplica en México la política económica neoliberal, los distintos gobiernos que han “administrado” nuestro país se han encargado de difundir algunos mitos sobre los salarios de los trabajadores, con objeto de justificar su política de contención salarial y, sobre todo, para –desde su visión corta y empresarial– “explicar la necesidad” de la brutal caída de los salarios de los trabajadores mexicanos.
Los diccionarios de castellano definen la palabra mito como: “Narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad”.
El propósito de este trabajo es demostrar con cifras y datos oficiales, que los tres principales argumentos gubernamentales sobre el nivel de los salarios mínimos y contractuales, en realidad son mitos, en virtud de que están totalmente alejados de la realidad, por no decir que son argumentos absolutamente falsos.
En términos generales los mitos gubernamentales sobre los salarios son los siguientes:
1. Casi ningún trabajador gana el salario mínimo en México.
2. No hay necesidad de aumentos “desmedidos” de los salarios, porque la inflación está controlada.
3. Los aumentos a los salarios de los trabajadores son inflacionarios.
A continuación demostraremos, con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), que estos tres argumentos están totalmente alejados de la realidad que viven a diario millones de trabajadores asalariados con sus familias. Esto nos lleva a concluir que el gobierno federal, junto con sus voceros, es capaz de mentir difundiendo datos falsos, y de crear mitos, con tal de contribuir a que siga la actual situación social, manteniéndose los privilegios de un puñado de multimillonarios que tienen concentrada la mayor parte de la riqueza de nuestro país.
Por otra parte, esto nos obliga a los trabajadores asalariados, a los sindicatos en resistencia, a los de abajo, a unirnos y articular de manera organizada una política de recuperación salarial, acorde con lo establecido en la norma constitucional, particularmente con la fracción VI del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con objeto de lograr que los salarios mínimos y contractuales sean suficientes para el trabajador y su familia, y así puedan adquirir alimento, habitación, educación y recreación.
Acerca de los tres mitos
1. Mito uno: “Casi ningún trabajador gana el salario mínimo en México”. En plena negociación para fijar los salarios mínimos generales 2007, el representante de los empresarios en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), líder de la Confederación Patronal, Tomás Natividad, y posteriormente el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño Infante, declararon a los medios de difusión que ya “casi nadie gana salario mínimo en México”.
Particularmente Jorge Zermeño indicó que es necesario revisar lo que está sucediendo, argumentando lo siguiente: “Creo que el salario mínimo en México es un referente, no es un salario que gane mucha gente; muchas empresas pagan salarios muy por encima de lo que es el mínimo…”
Los datos oficiales del INEGI nos muestran una realidad muy distinta de la planteada por los señores Zermeño y Tomás Natividad, en virtud de que un gran número de trabajadores mexicanos ganan hasta un salario mínimo, de acuerdo con el reporte del mes de diciembre de 2006, del INEGI, como se puede apreciar en el cuadro sobre población ocupada según nivel de ingreso.
Los datos oficiales del INEGI revelan que de 42’846 141 trabajadores que componen la población ocupada en el nivel nacional, 5’589 264 trabajadores mexicanos ganan hasta un salario mínimo. En otras palabras, 13.04 por ciento de la población económicamente ocupada de nuestro país gana hasta un salario mínimo diario, lo cual la condena a un nivel de ingreso de extrema pobreza.
De acuerdo con datos de expertos en el tema de economía, como es el caso del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM (CAM de la UNAM), el costo de la canasta obrera indispensable (COI) en 2006 fue de $288.23, por lo que con el salario mínimo general actual, que se ubica en $50.57, solamente se puede adquirir 17.54 por ciento de dicha canasta básica, como se puede apreciar en el siguiente cuadro:
Poder de compra de un salario mínimo respecto a la canasta obrera indispensable (COI)
Año 1982 1994 2000 2007
% de la COI 94.30 20.10 21.80 17.54
Estos datos –oficiales– son muy claros y muestran la realidad que se quiere ocultar con afirmaciones demagógicas. Un gran número de trabajadores mexicanos están condenados a vivir junto con sus familias en niveles de extrema pobreza, en virtud de que su ingreso no les permite adquirir ni siquiera 18 por ciento de una canasta básica.
En conclusión, el mito de “que casi nadie gana el salario mínimo” queda desmentido, y los datos del INEGI nos muestran una realidad totalmente diferente, ya que 13 por ciento de trabajadores mexicanos ven limitado su ingreso a un salario mínimo, que actualmente se ubica en el Distrito Federal en $50.57 diarios.
2. Mito dos: “No hay necesidad de aumentos ‘desmedidos’ de los salarios, porque la inflación está controlada”. A raíz del aumento del precio de las tortillas, la llamada “clase política” declaró que en virtud de que la inflación estaba controlada, y que el aumento a ese producto no provocaría una escalada inflacionaria, no había necesidad de aumentos salariales de emergencia.
Asimismo, el primero de febrero de este año, el coordinador de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados, Héctor Larios Córdova, señaló que la realidad económica mexicana “dista mucho de una escalada de precios”.
Para desmentir estas afirmaciones, a continuación presentamos la siguiente lista de precios de artículos que componen la canasta básica recomendable (CBI), recomendada por el CAM de la Facultad de Economía de la UNAM, en donde se podrá observar que los precios que tenían los bienes y servicios de dicha canasta al 1º de diciembre de 2006, sufrieron un importante incremento en febrero de 2007.
Los precios fueron sacados de la canasta inteligente, publicada en la página de internet de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), es decir, son datos oficiales:
Precios de la canasta básica recomendable indispensable (CBRI),
1º de diciembre de 2006
Producto Presentación de venta Precios al 1/12/06 Precios al 19/2/07
1 Aceite 1 l $16.18 $19.00
2 Aguacate 1 kg $18.03 $20.03
3 Arroz 1 kg $10.00 $10.44
4 Atún enlatado (en aceite) 100 g $8.07 $8.14
5 Azúcar 1 kg $10.00 $10.64
6 Calabacita 1 kg $11.62 $18.69
7 Carne de res 1 kg $64.10 $71.90
8 Cebolla 1 kg $11.46 $31.04
9 Chile serrano 1 kg $18.68 $20.00
10 Fríjol 1 kg $14.18 $15.98
11 Hígado de res 1 kg $23.03 $30.00
12 Huevo 1 kg $13.58 $14.00
13 Jitomate 1 kg $14.33 $18.99
14 Leche 1 l $9.82 $10.04
15 Lechuga 1 pza. $7.44 $10.00
16 Lentejas 1 kg $11.08 $14.00
17 Limón 1 kg $7.06 $11.27
18 Naranja 1 kg $4.12 $4.48
19 Nopales Medida $9.59 $15.60
20 Pan blanco 1 pza. $1.10 $1.10
21 Pan dulce 1 pza. $2.84 $3.10
22 Papa 1 kg $8.15 $14.54
23 Papaya 1 kg $9.11 $9.30
24 Pescado 1 kg $25.50 $28.50
25 Piña 1 kg $13.29 $16.95
26 Plátano 1 kg $6.83 $7.73
27 Pollo entero 1 kg $20.80 $21.31
28 Queso 1 kg $54.77 $73.95
29 Sardina (en aceite) ?? $12.09 $13.00
30 Sopa de pasta 1 bolsa 200 g $3.72 $4.50
31 Tomate 1 kg $16.90 $16.00
32 Tortilla 1 kg $7.04 $8.50
33 Zanahoria 1 kg $6.19 $9.66
35 Gas 20 kg Cilindro $182.43 $183.77
38 Foco 1 pza. $4.93 $4.00
43 Metro 1 pasaje $2.00 $2.00
44 Autobús 1 pasaje RTP $2.00 $2.50
48 Detergente 1 kg Bolsa $15.00 $18.22
52 Crema dental 1 tubo 163 g $20.90 $21.25
53 Jabón de tocador 1 pieza 100 g $8.06 $10.69
54 Papel higiénico 1 rollo $4.33 $3.50
Fuente: Macroeconomía de las necesidades esenciales en México, Coplamar / Siglo XXI, México.
Canasta Básica Alimentaria, Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”.
Nota metodológica: La canasta básica recomendable indispensable (CBRI) es una canasta de consumo diario conformada por 57 bienes y servicios, para una familia mexicana integrada por 5 personas; 2 adultos, 1 joven y 2 niños. No incluye educación, salud, vestido y calzado, ni diversiones.
Elaborado por: Luis Lozano Arredondo, María Luisa Gaspar de la Teja, Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) Facultad de Economía de la UNAM.
Como conclusión podemos afirmar que la política económica implementada por Felipe Calderón es la misma que la de sus antecesores: de contención de los salarios por un lado, y aumentos desmedidos a los productos de consumo básicos, por otro lado.
Asimismo, la inflación no se ha contenido; por el contrario, hay una escalada de precios, en virtud de que todos los productos básicos han aumentado de precio y no sólo la tortilla como afirma el gobierno federal y sus voceros.
3. Mito tres: “Los aumentos salariales de los trabajadores son inflacionarios”. A fines del mes de enero de 2007, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, repitió la vieja tesis neoliberal de que los aumentos salariales a los trabajadores generan inflación. Al referirse este funcionario a la demanda de algunos sindicatos de un aumento salarial de emergencia por la escala da inflacionaria, respondió como loro y de manera bonachona que “un aumento como éste resultaría inflacionario”.
Estos argumentos, además de ser viejos, no tienen fundamento alguno, como vamos a demostrar a continuación: uno de los métodos que utilizan los economistas para medir el poder adquisitivo de los diferentes secto res de la población, es la elaboración de canastas básicas. La canasta básica es un conjunto de bienes y servicios indispensables y necesarios para que una familia satisfaga sus necesidades básicas de consumo a partir de su ingreso (salario).
Del nivel del salario de los trabajadores depende qué tanto se acerque o se aleje una familia trabajadora a la capacidad de adquirir esta canasta.
Desde que en el año de 1902 se elaboró en Inglaterra una de las primeras canastas básicas que se conocen, el contenido de ésta ha evolucionado, en virtud de que en aquel entonces este conjunto de productos se limitaba a necesidades físicas, debido a que la alimentación es la necesidad más apremiante.
Sin embargo, tiempo después, otros investigadores diseñaron canastas que incluían aspectos de esparcimiento, cultura y educación, entre otros. En la actualidad las canastas básicas consideran tanto los gastos en alimentos como los de vivienda, vestido, mobiliario, equipamiento, educación, transporte y diversos conceptos adicionales.
Y aquí cabe la siguiente pregunta: ¿Cómo está en México la relación salarios-canasta básica?
Desde 1977 el poder adquisitivo del salario mínimo ha sufrido una brutal caída. Principalmente, de acuerdo con opiniones de expertos en el tema, la caída salarial más drástica ha sido durante el periodo de diciembre de 1987 a 2006.
En nuestro país, de acuerdo con datos de una investigación del CAM de la
Facultad de Economía de la UNAM, en el periodo mencionado “el precio de la canasta obrera indispensable pasó de $6.86 a $288.23, es decir, acumuló un incremento de 4 101.60 por ciento. Mientras que por otro lado, el salario mínimo pasó de $6.47 a $48.87 presentando un aumento de 655.33 por ciento, en el mismo periodo”.
Históricamente los salarios han estado por debajo del costo de la canasta básica. En otras palabras, el precio de los bienes y servicios necesarios para que viva un trabajador y su familia, en el periodo mencionado, ha sufrido aumentos muy superiores a los aplicados a los salarios. Por lo tanto, podemos concluir que los salarios no han impactado negativamente en la economía del país, ni generan inflación. Por el contrario, con salarios remuneradores, el mercado se desarrolla, al existir un buen nivel de compra de los ciudadanos.
La inflación es generada de manera deliberada por los grandes empresarios, que, con la complacencia del gobierno federal, tienen manos libres para aumentar el precio de los productos. Hay que recordar, por ejemplo, que durante el sexenio de López Portillo existió un control de precios a una canasta básica conformada por 96 bienes y servicios, y esto contuvo la inflación durante un tiempo. La inflación se elevó drásticamente cuando durante el siguiente sexenio, con Miguel de la Madrid Hurtado, desapareció prácticamente el control de precios de dicha canasta, lo cual lesionó severamente el nivel de vida de los trabajadores y de la población en general.
Como conclusión, podemos afirmar que ante el nivel inflacionario que tenemos en este momento, y con la consecuente escalada de precios de todos los básicos, es necesario que los trabajadores y sus sindicatos demandemos un aumento salarial general de emergencia, con el propósito de recuperarnos salarialmente de los impactos de esta gravísima inflación.
Además, hay que recordarles a los gobernantes que tanto pregonan el respeto al Estado de derecho, que de acuerdo con el artículo 570 de la Ley Federal del Trabajo, los trabajadores tenemos derecho a solicitar aumentos salariales en las siguientes condiciones:
Artículo 570. Los salarios mínimos se fijarán cada año y comenzarán a regir el primero de enero del año siguiente.
Los salarios mínimos podrán revisarse en cualquier momento en el curso de su vigencia siempre que existan circunstancias económicas que lo justifiquen:
I. Por iniciativa del secretario del Trabajo y Previsión Social quien formulará al presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos solicitud por escrito que contenga exposición de los hechos que la motiven; o
II. A solicitud de los sindicatos, federaciones y confederaciones de trabajadores o de los patrones previo cumplimiento de los siguientes requisitos:
a) La solicitud deberá presentarse a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social por los sindicatos, federaciones y confederaciones que representen el cincuenta y uno por ciento de los trabajadores sindicalizados, por lo menos, o por los patrones que tengan a su servicio por lo menos dicho porcentaje de trabajadores.